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Muchos estamos entusiasmados con la idea de que la 4ª Transformación que propone AMLO sea más que buenas intenciones. Los que no somos porristas del próximo presidente, pero que nos animamos a darle la oportunidad ante el triste espectáculo que nos brindaron el PRI y el PAN los últimos 30 años, tenemos muchas dudas y somos algo sensibles a señales encontradas, declaraciones sin sentido, y confusión entre el mensaje del presidente electo y el de sus asesores y equipo cercano. Yo no dudo que el señor López Obrador sea una persona con buenas intenciones. Tampoco dudo que tenga defectos. Pero dudo si se aparecerá aquel candidato que sobresimplifica las cosas o uno que entiende los retos y pondrá a los más capaces a atenderlos. En Estados Unidos se vive una crisis política en gran parte porque el presidente Trump se ha rodeado de lo que allá llaman “Yes Men”; es decir, individuos que no se atreven a rebatir, retar o corregir a su patrón. México ha padecido de generaciones múltiples de “Yes Men” con presidentes a los que no se les deja ver la verdad y que cuando son retados reaccionan con enojo y venganza.
El próximo presidente de México no puede ignorar a los expertos que tendrá a su alrededor. Pudieran no ser los mejores en algunos casos, pero se percibe alta capacidad y ganas de hacer las cosas bien entre los miembros de su gabinete. Me imagino que AMLO habrá tenido oportunidad de reunirse con ellos, escuchar sus opiniones, propuestas e ideas sobre diversos temas. Sin embargo, empieza mal con el tema del aeropuerto. El presidente y su equipo de trabajo han sido contratados por los ciudadanos para formar el Poder Ejecutivo. Como tal, tienen facultades que les permiten evaluar, proponer y ejecutar proyectos de distintos tipos y alcances. Ellos deben ser capaces de entender, en el caso del aeropuerto o cualquier otro, si el proyecto es factible, si hay recursos, si se concesiona, si es más o menos grande, si se financia de una u otra forma, si va o se cancela y porqué. El rehuir a esa responsabilidad y ponerla en las manos de los ciudadanos mediante una “consulta” es una muy mala señal. Es Pilato lavándose las manos.
Incluso si la consulta se diseñara de una manera impecable y se pudiera verdaderamente tener una muestra fiel y representativa de la opinión de los ciudadanos, sus resultados y las acciones posteriores del Gobierno tendrán un velo de duda enorme. Circulan chistes y memes acerca de la consulta y AMLO corre el riesgo de destronar al actual presidente como el chiste más socorrido de los mexicanos. ¿En qué punto y de qué grosor se pintaría la raya entre lo que califica para consulta y lo que no? ¿Se le consulta sólo a quienes viven cerca del aeropuerto, a los que usan aviones, a los que piensan usar un avión?
Si de consultar se trata, propongo al nuevo Gobierno que nos pregunte si personajes como Elba o Deschamps deben seguir en las calles; si México necesita que las políticas económicas se orienten al crecimiento y no a una estabilidad de cuates; si es necesario llevar a la justicia a TODOS los gobernadores corruptos de los últimos 20 años; si debemos hacer como que en Venezuela o Nicaragua nada pasa.
¿Quieren consultar? Adelante, platiquemos sobre todo y opinemos sobre todo. Hay que tener cuidado de no acabar en un escenario como el del Brexit. Pensaban que sabían lo que querían y meses después no encuentran la puerta.
@josedenigris