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'He logrado todo', dice Kenny Rogers en su 80 aniversario
Kenny Rogers se retiró en octubre pasado con un intenso concierto final en el que estrellas como Dolly Parton y Lionel Richie cantaron en un escenario de Nashville, Tennessee, los mayores éxitos del músico country, que se mostró visiblemente conmovido durante su despedida.
Pero para Rogers, que cumple 80 años este martes, no hay vuelta atrás. "No esperas a retirarte hasta que la gente se haya olvidado de ti", dijo a la revista "Rolling Stone". "He logrado todo lo que quería lograr, no queda nada a lo que aspire”.
Además, quiere pasar más tiempo con su familia, confesó Rogers, que se ha casado cinco veces. Su hijo mayor tiene más de 50 años y con su quinta esposa, Wanda Miller, tuvo gemelos hace unos quince años. "Ahora quiero ser un buen padre. No sé cuántos años me quedan, así que quiero aprovecharlos", afirmó a la revista.
Su propio padre nunca lo apoyó lo suficiente y fue en una sola ocasión a un concierto suyo. "Consciente o inconscientemente haces muchas cosas para complacer a tus padres, y como él no me demostró que valoraba mi éxito, me estropeó un poco la diversión", lamentó.
El cantante country de barba blanca y voz áspera vendió más de 120 millones de álbumes en todo el mundo a lo largo de su carrera, coronada además con numerosos premios. Muchos de sus éxitos, como "The Gambler", "Islands in the Stream" o "Lady", se han transformado en clásicos.
En sus temas habla de la vida. Por ejemplo "The Gambler" habla de mucho más que de la historia de un jugador de cartas blanco en un tren. Con las cartas, "hay que saber cuándo guardárselas, cuándo abandonar, cuándo irse y cuándo salir corriendo", canta Rogers filosóficamente.
El músico, nacido en 1938 en la ciudad texana de Houston como el cuarto de ocho hermanos, no sólo se dedicó al country, aunque haya entrado en el Salón de la Fama de este género. También ha tocado jazz, rock y pop, escribió libros, trabajó como actor y fotógrafo, y hasta jugó como tenista profesional. "Comencé recién a los 35 años pero me obsesioné y jugaba ocho horas al día”.
Pero Rogers siempre volvió a la música country, con la que solía planchar su madre cuando era pequeño, como alguna vez relató. A diferencia de muchos de sus colegas, el cantante no solo evocó la imagen idílica y conservadora en sus canciones, sino que abordó temas delicados como el racismo ("Reuben James"), la violación ("Coward Of The County"), o el dolor de los veteranos de guerra ("Ruby Don't Take Your Love To Town").
"Esa es mi fortaleza en la música. Siempre he buscado dos tipos de canciones: baladas que dicen todo lo que los hombres dicen y las mujeres quieren escuchar, y canciones socialmente importantes”.
Todo eso atrajo a fans de todo el mundo. Incluso quienes reniegan del country suelen tener debilidad por Rogers. Y hasta Jamaica, el país del reggae, tiene adoración por el cantante. Allí tuvo una de las actuaciones "más divertidas" de su vida, y siempre recuerda cómo demoró cuatro horas desde el hotel hasta el concierto por la cantidad de fans que acudieron a verlo.
A pesar de su exitosa carrera, Rogers mantuvo los pies en la tierra, y eso es apreciado por mucha gente. La razón es un concierto de Ray Charles al que asistió con 12 años y en el que vio aplaudir y reír al público, relata. "Desde entonces nunca ha sido importante para mí que la gente dejara un concierto y dijera 'Es el mejor cantante de la historia'. Lo que para mí es importante es que digan: 'Disfruté el show'". Mi trabajo es dar espectáculo”.
Aún retirado, Rogers no puede evitar entretener a las personas. El cantante planea crear un parque de diversiones como hizo su colega Dolly Parton, donde cantantes y compositores puedan cantar junto a un avatar de Rogers. "Será algo especial", dice.