Y por muy poco, estuvo por llegar ese maldito día para una Máquina que tuvo que forzar la marcha para evitar que les fuera aplicado el diabólico verbo "cruzazulear".

La cara nueva que imprimió Ricardo Peláez, sirvió para levantar a un Cruz Azul que había visto caer su invicto en los últimos minutos del encuentro ante Tijuana, pero la suerte, después de muchos años, estuvo de su lado.

Los Cementeros empataron 1-1 ante los Xolos de Tijuana en el Estadio Caliente, en un juego que desde los primeros minutos estuvo marcado por la misma historia que ha vivido el club en los últimos años, pero que esta vez no tuvo el final de siempre.

Pablo Aguilar salió expulsado en el minuto 22, y dejó a los azules con 10 hombres, factor que realmente no pesó para el accionar de un club capitalino que ha mostrado buen futbol hasta la Fecha 4 recién disputada.

Édgar Méndez, Elías Hernández, Iván Marcone y Martín Cauteruccio fueron quienes buscaron por todos lados penetrar el arco de Gibrán Lajud, pero nunca pudieron mover el marcador y las redes del Xolaje.

Cruz Azul atacó y resistió con la desventaja numérica hasta que llegó el minuto 79. Miller Bolaños sacó un remate tras una asistencia de Ignacio Rivero y José de Jesús Corona logró manotear el balón, pero el árbitro asistente observó que la de gajos entró en el arco y fue el gol que liquidaba las aspiraciones de la Máquina para seguir invictos en el torneo.

Con la entrada de Milton Caraglio, se notó que los cementeros iban sí o sí por el empate, hasta que recibieron el ansiado premio. Gerardo Flores remató el esférico en una jugada a balón parado y rescató un punto de oro para los visitantes.

Y así, Caixinha y sus muchachos salvaron un encuentro que se veía catástrofico, pero que al final demostraron porque son los favoritos para el título del Apertura 2018.