Papás en abandono recurren a Santo Cristo de Saltillo para pedir milagro: no ser olvidados por sus hijos
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Papás en abandono recurren a Santo Cristo de Saltillo para pedir milagro: no ser olvidados por sus hijos
Mientras el canto “Venid pecadores...” era interpretado por cientos de fieles congregados en la misa de las 11:00 horas en honor al Santo Cristo, Florencia, de 54 años entraba de rodillas a la Catedral de Santiago con una rosa amarilla en sus manos; la escena es común en estos días.
Esta penitencia duró aproximadamente cinco minutos, tiempo en el que la mujer derramó lágrimas hasta llegar al altar para suplicar al Santo Cristo que acercara a sus hijos a su vida, luego de problemas familiares que los separan desde hace ocho años.
“Yo traigo mucho dolor, emocionalmente estoy mal, yo confío en que Jesucristo no me suelte de su mano y me dé fuerza. Me siento sola porque ninguno de mis tres hijos me quiere ver y ahora Él es el único que me cuida. Mi corazón está destrozado, pero mi fe me levanta”, comentó Flor, quien era acompañada por su esposo.
El bienestar y cercanía de los hijos resulta ser el eje angular de muchas súplicas provenientes de los fieles. Carmen Martínez expresó su fe hace años de la misma forma y motivo, ahora sin saber las causas de la penitencia de la mujer de la rosa amarilla, simplemente la invitó a ocupar su lugar:
“Le dije que se sentara porque sé lo que es andar pidiendo ayuda al Santo Cristo. Cuando comencé a ser madre yo venía con cada uno de mis chiquitos arrodillada, se los ofrecía al Señor para que me los bendijera en aquellos tiempos que viví de crisis. Ahora la menor de mis hijas vive en Canadá y continúo encargándosela al Santo Cristo”, expresó conmovida Carmen Martínez.
En estas fiestas del Santo Cristo el tema principal fueron los jóvenes.
QUIERE VER A SU HIJA
Bancas atrás reposa un hombre vendado y apoyado en una muleta, quien en silencio piensa en
sus hijos, especialmente en la menor, quien hace un mes se fue a vivir a Monterrey y con la cual tiene poco contacto:
“La extraño, ella es mi chiquita y sin ella mis días no son lo mismo. Simplemente quisiera saber si está bien de verdad. Si Jesucristo me da la fuerza iré por ella con todo y mis limitadas posibilidades, pues hace un mes me atropellaron unos borrachos”, señaló Nicolás Montelongo, de 66 años.
A don Nico, quien sobrevive de la caridad de la gente, no le importó venir a pie desde el poniente de la ciudad, a pesar de la llovizna se apoyó en su muleta y con pasos cortos pero firmes llegó al recinto religioso para pedir por el bienestar de todos sus hijos y su salud, espera algún día volver a caminar bien.
AGRADECE MILAGRO
En las afueras de la Catedral, Arturo Manzanares cumple la promesa de fe que hace tiempo le hizo al Santo Cristo y a la Virgen de Guadalupe con una danza guadalupana acompañada de polkas con la que paga el milagro de haberle devuelto la vista a su hijo que quedó ciego por el consumo de droga:
“Le encomendé a ellos y aquí estamos, mi hijo ve y se puede valer por sí mismo. Les pedí con todo mi corazón que le dieran un poco de luz y así fue”, dijo orgulloso.