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Acuden saltillenses al tradicional descenso del Santo Cristo de la Capilla
Saltillo.- Desde las 7:30 horas, los fieles del Santo Cristo de la Capilla arribaron al recinto con la intención de obtener un lugar con vista privilegiada para el descenso de la imagen santa y ser de los primeros en adorarle.
Exactamente una hora y media después, las campanas sonaron y los asistentes, de entre los que destacan las damas y caballeros del Santo Cristo, se unieron en la misa oficiada por el Obispo Raúl Vera López, quien expresó su preocupación por el futuro de los jóvenes durante su homilía.
El milagroso desciende
Al finalizar la misa, rápidamente los hombres despejaron el área de alrededor del altar, mientras que las mujeres rodeaban la imagen del Santo Cristo para evitar que la imagen sufriera algún daño.
Entre aplausos, campanadas de los acólitos y una melodía interpretada por el organista, el Cristo descendió cuidadosamente a manos de los caballeros que portaban guantes de látex, los cuales protegen la figura de desgastarse mientras es direccionada hacia su camastro.
Fue el párroco Plácido Castro Zamora quien, como dicta la tradición, retiró la corona al Santo Cristo, posteriormente la muestra al centro del altar, en medio de una charola repleta de algodón, y los fieles aplauden o incluso lloran, mientras otros plasman en imágenes y vídeo el esperado momento.
Los caballeros de blanco y negro miden perfectamente sus movimientos y se instalan al frente del altar, donde uno a uno, los padres integrantes de la Diócesis besan los pies de la imagen elaborada con caña y cuyo peso radica en la cruz, no en la figura humana de apenas 5 kilos de peso.
Posteriormente, la imagen fue colocada sobre su aposento provisional, donde miles de personas lo adorarán y apreciarán la astilla que conformó alguna vez la cruz de Jesucristo hasta las 17:00 horas, antes de su ascenso al altar de la Catedral de Santiago. Mientras, los fieles aprovechan cada segundo de su turno para el encuentro religioso.
“Nunca nos ha dejado solos”
Juan Arnoldo Medrano, ministro extraordinario de la comunión y caballero del Santo Cristo desde hace seis años, dijo estar agradecido por cada año participar y haber tenido la bendición de haber conocido al Santo Cristo desde su niñez: “Cargarlo a él y su cruz es una bendición, mi familia me traía desde los 4 años porque desde muchas generaciones atrás éramos devotos”.
De padecimientos físicos el Santo Cristo sanó a Juan y no lo desamparó mientras fue operado a corazón abierto hace 10 años: “Jesucristo a través de esta imagen me hizo el milagro de estar bien después de la operación. Nunca nos ha dejado solos, ni lo hará, ni a mis hijos o mis nietos. Nosotros siempre estaremos para él, será un regalo como cada año hacer la vigilia desde la noche y hasta la misa de mañana”.
“Mi vida ha estado llena de milagros”
Desde su primer acercamiento a la imagen durante el acto de hoy, Lety Galindo, saltillense radicada en Estados Unidos, derramó llanto al recordar que hace un año estaba ahí con su madre celebrando el descenso del Santo Cristo, además de agradecerle: “Le agradezco que mi vida ha estado llena de milagros, desde lidiar con que soy huérfana, un accidente automovilístico y enfermedades”.
Hace poco más del mes su madre falleció y este año la recuerda a través de su asistencia a la misa porque asegura que encuentra consuelo en los momentos más conmovedores para ella: las mañanitas y el descenso.
“Para mi el Santo Cristo es mi vida, a mi hijo lo traje cuando casi fallece de una infección estomacal, y me lo salvó. Yo me hinqué con mi niño e imploré por el milagro del Santo Cristo. En estos momentos le mandé fotos y video a todos mis hijos para recordarles lo agradecidos que estamos con él a pesar de estar a 16 horas de distancia”.