Una joya en Saltillo

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Una joya en Saltillo

Un poco más de 20 años Daniel Garza Tobón ha bregado en una profesión que ampara por un lado el conocimiento de la naturaleza

La presencia de museos en ciudades y pueblos habla de lo que significan para los ciudadanos nativos, pero también son carta de presentación para los visitantes.

En lugares del mundo en los que se privilegia la cultura de identidad, los primeros lugares a donde se lleva a los visitantes distinguidos son a los museos.

Qué gran acierto el de los coahuilenses el potenciar la magnificencia de la construcción del edificio que fuera un día un recinto jesuita de alta relevancia en la Nueva España, para dar lugar al Museo de las Aves. Su jardín interior es un templo abierto para la reflexión y el aprendizaje de esos entes vivos que proceden de los dinosaurios y que hoy apoyan la polinización y permiten la redistribución de las semillas de plantas y árboles que no se reproducirían sin el auxilio de las aves.

Mil 100 especies de aves existen en territorio mexicano, algunas viven en ecosistemas vulnerables. Ochocientas de estas especies han sido fotografiadas por la lente del biólogo Daniel Garza Tobón a quien conozco desde hace algunos años en lo personal y a través de sus fotografías que son, a mi parecer, obras de arte. Él es fundador de la comunidad mexicana de fotógrafos de naturaleza.

 En la exposición “Aves espectaculares de México” que se inauguró hace unos días en la Salas de Exposiciones Temporales del Museo de las Aves para dar inicio a los eventos conmemorativos del 25 aniversario de ese recinto cultural, Daniel Garza Tobón presenta 40 fotografías de las aves más hermosas que confluyen con los ecosistemas en nuestro país, algunas llegan en tránsito desde el norte del continente americano y otras llegan de Centroamérica y del cono sur.

Se puede observar fotografías de quetzales, garzas, colibríes y zopilotes, además de aves con plumajes multicolores. En un video que recibe a los visitantes, también producido por Garza Tobón, se comprende con amplitud el tema de las aves, dejando con claridad en la mente del espectador que debe tener un compromiso con las especies de aves vivientes.

El formato de las fotografías es adecuado porque permite disfrutar de las características de las aves que aparecen en su hábitat natural. Junto a cada fotografía hay una cédula en la que se describe el nombre común y nombre científico del ave.

Fui testigo, pues llegué desde una hora antes, de que muchas familias estuvieron esperando la inauguración de la exposición, entre ellas estuvieron los padres del fotógrafo-biólogo, lo que me pareció un fuerte indicador de que en las familias en las que hay unidad y en las que se apoya el talento y capacidades de los hijos.

En poco más de 20 años Daniel Garza Tobón ha bregado en una profesión que ampara por un lado el conocimiento de la natura y la habilidad de promover su conservación y fortalecimiento por medio de la fotografía. Él forma parte de colectivos más allá de las asociaciones civiles.

Conocí a Felipe Blanco, uno de los amigos de Daniel con quien participa en la plataforma “Conserva las bellezas naturales de Coahuila”, quien me platicó que en ese esfuerzo han llegado a colaborar hasta 200 activistas.

Sin ninguna duda fue aleccionador estar en el Museo de las Aves el jueves pasado. Su directora y el representante del patronato del museo convivieron de manera amable con la concurrencia en la que brilló el espíritu saltillense. Además para mí fue una oportunidad el volver a estar en la tierra de mis mayores.esmirna barrera