Hotel Transylvania 3: La colorida resignación

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Hotel Transylvania 3: La colorida resignación

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Con excelente animación, la tercera entrega de estas cintas nos da más de lo mismo: una serie de chistes con poca trama o algo más profundo que ofrecer

Calificación: 6 de diez

Si le gustaron las dos primeras partes de “Hotel Transylvania” (2012, 2015), le va a gustar esta tercera. Es uno de esos casos, la franquicia fílmica ya se puso cómoda en su zona de confort. Lo que entrega le funciona y no hay ninguna razón para cambiarlo. Personalmente estas películas nunca me han gustado y (como ya hice respectivamente años atrás) explicaré por qué en este texto. El genio de la animación Genndy Tartakovsky hace un esfuerzo visualmente creativo, lleno de colores, movimiento y un impecable trabajo en cuanto a la forma, igual que en las anteriores. Pero así como las otras también, “Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones”, tiene una historia que apenas se logra sentir y más bien parece una compilación de situaciones chistosas, lo que le dan a la cinta la sensación de estar hecha para un publico muy infantil. Volviendo al punto: si aquella fórmula le parece atractiva, pasará un excelente rato en la sala.

En esta ocasión, Drácula, su hija Mavis, su esposo humano Johnny, su hijo Dennis y toda la partida de monstruos como Frankenstein, El Hombre Invisible, el Hombre Lobo y sus cientos de hijos, entre muchos otros, pasarán sus aventuras en un gigantesco crucero que los llevará a distintos destinos sobrenaturales para disfrutar unas vacaciones. Es decir, es lo mismo, pero en esta ocasión el hotel que da nombre a la cinta se encuentra en el mar, como los propios personajes lo admiten. La amenaza ahora viene por parte del profesor Abraham Van Helsing, quien toda su vida ha cazado monstruos de manera infructuosa y ahora hará un nuevo intento, con ayuda de su bisnieta Ericka, capitana del crucero. Así que mientras los mostruos de divierten con un sinfín de actividades tropicales, ella intentará asesinarlos en un par de ocasiones, antes de encontrar el arma definitiva que en teoría acabaría con todos.

El nombre de Genndy Tartakovsky tiene peso en la animación. Para la pantalla chica realizó clásicos como “El Laboratorio de Dexter” y “Samurai Jack”. El producto que aquí nos atañe tiene muy marcado su estilo visual que es, por mucho, lo más sobresaliente de las cintas de “Hotel Transylvania”. Hablaré en términos generales de las tres, ya que son muy parecidas. Sus intenciones podrían tomarse por inocentes y modestas: sólo quieren divertir, hacer reír a la gente y ya. O bien, podrían verse como un esfuerzo flojo que subestima a su audiencia infantil, esas cintas para niños que creen que por “ser para niños”, tienen que ser sólo bromas, colores y nada más, pues los pequeños no entienden ni quieren ver historias complejas. Este concepto anticuado cambió para siempre gracias a Pixar y hoy muchos estudios de animación “infantiles” apuntan a lo alto, con obras que tienen profundidad dramática y pueden ser disfrutadas por todas las edades en muchos niveles.

 

Me pueden regañar y decir “no todo es Pixar” y el regaño sería aceptado y justo. No todas las cintas animadas tienen que ser obras maestras geniales, claro. Sí, algunas se hicieron sólo para reír y pasarla bien. Creo, por otro lado, que al menos deberían intentar más, tener cierta ambición. Pero ese pensamiento no es más que la consecuencia de que si te acostumbran a cierta calidad, ya no aceptas algo menos. Pero, sobre todas las cosas, hay que aceptar las obras por lo que son y “Hotel Transylvania” no es Pixar, ni quiere serlo. Ahora bien, tampoco es cierto que no quiera dar una moraleja, tiene su mensaje ahí, oculto en intentos de seriedad muy esporádicos. Y este sí es un problema: porque esta aparente “seriedad” no sólo no funciona dentro de tantas bromas, sino que ya para su tercera parte es una moraleja redundante. Humanos y monstruos no son diferentes, todos somos iguales, etcétera.

Ahora, la gran defensa de estas cintas es que creo que están hechas con mucha inocencia. Tienen buenas intenciones, sólo quieren divertir y dar un buen mensaje. Si funciona o no, ya sólo es debido a un sobreanálisis y esa es la misión de estas críticas, desentrañar un poco las cosas para ver por qué provocan determinadas sensaciones. En mi caso, una sensación de aburrimiento y monotonía. Ejemplificando con “Hotel Transylvania 3”, si bien la cinta avanza a un buen ritmo, es rápida y está llena de movimiento y detalles ocurriendo por todos lados para no perder nunca nuestra atención, siento que luego de un rato se vuelve rutinaria. Es casi una fórmula que podemos prever: un chiste que dura cierto tiempo, corte, plática breve sobre la trama, corte, chiste, corte, chiste, corte, chiste más amplio, corte, plática dramática, corte, chiste. Y si bien algunas cosas sí hacen reír, la gran mayoría no y entonces nos quedamos con las manos vacías, donde simplemente nunca pasa nada importante.

Me atreveré a decir que la amenaza de Van Helsing en “Hotel Transylvania 3” al menos pone un poquito las cosas en peligro. No recuerdo bien cuál era exactamente la amenaza en las anteriores, pero creo que aquí al menos hay un poquito más de algo por lo que de verdad tenemos que preocuparnos. Esto dura sólo un rato, ya que al final se absorbe de manera absoluta por la atmosfera ligera y festiva de todo, a un grado de absurdo y ridículo tal que hasta involucra “La Macarena” en el clímax. ¿Quiere ver monstruos bailar y hacer tonterías infantiles? Esta película entrega eso con creces. 

EL DATO
Director: Genndy Tartakovsky
Elenco: Adam Sandler, Selena Gomez, Kevin James, David Spade, Steve Buscemi, Keegan-Michael Key, Molly Shannon, Fran Drescher.
Género: Animación
Clasificación: A
Duración: 91 minutos