Tiene una inteligencia sobresaliente, como sobresaliente ha sido en su vida personal y pública. Habla con claridad de aquello sobre lo que pocos se atreven a hablar, Su genética y espíritu congruente es lo que le permite la fortaleza que mantiene en todo tiempo.

En su pasado cumpleaños se festejó apoyando a un grupo de niños músicos de una colonia proletaria. Su entusiasmo fue tan grande como su expresa esperanza en esos infantes.

Será senadora en la próxima Legislatura que seguramente será un parteaguas porque el partido político que obtuvo la mayoría de la votación en el reciente proceso electoral pretende proponer que disminuyan las dietas económicas y hasta los ingresos de los próximos inquilinos de la Cámara Alta.

Pero Indira Kempis va más allá del interés económico, más allá de las críticas ocres que pudiera haber sobre su persona por haber festejado su triunfo como se festeja cualquier triunfo en México. Es una mujer auténtica tan ambientalista que no posee automóvil.

Ella procede de un linaje ligado a la Tierra. La sangre que existe en su ser, el respeto por sus mayores, el esfuerzo de haber destacado en sus estudios de grado y posgrado en el Tecnológico de Monterrey y la virtud de saber ser una amiga verdadera la hacen diferente.

¿Cuántos obstáculos tuvo que sortear para llegar hasta la plataforma en que la que está? ¿Cuántos “no” escuchó frente a sus “sí”?

Su oratoria es fresca, y su pluma potente la comparte en medios de comunicación. Espero que se mantenga sencilla, porque en el país necesitamos senadores con los pies en la tierra.

La conocí hace muchos años, me la presentó el urbanista Gabriel Todd en la  misma ocasión en que conocí al inolvidable Fernando Maiz, al que Indira considera su padre moral. Fernando y ella llegaron a tener una amistad que la empoderó dándole más valor que el que esta mujer de ojos grandes ya tenía.

Ella es joven aún y está construyendo un camino en el que pondrá todos sus conocimientos y sentimientos. Experta e interesada en los temas del desarrollo urbano, ofrecerá su rica aportación a un México que está cambiando pese a la resistencia de los que han detentado el poder en los últimos 70 años.

No sé cuál vaya a ser la agenda de trabajo de Indira, pero sé que será muy intensa como lo es ella. La invitaré a conocer las comunidades chontales, otomíes, mazahuas, tarahumaras y yaquis con las que trabajo, también la llevaré a Bustamante para que conozca el Centro Holístico y los dos museos. Para que constate que cuando hay gobernanza en una comunidad es posible la democracia participativa.

En Bustamante, Indira se inspirará porque es un lugar en el que el viento entre las nogaleras impulsa los pensamientos más altos.

En este pueblo se inspiró mi madrina Lucy Herrera, primera alcaldesa de centro izquierda en México, cuando allá en noviembre de 1988 ganó las elecciones representando al Frente Democrático Nacional.

Indira ha sido ganadora del Premio Cemex en sus categorías nacional e internacional y recibió el Premio Nacional de Desarrollo Urbano de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Urbano y Territorial. Es experta en la formación de consejos ciudadanos y en el empoderamiento de actores locales. Indira Kempis, este nombre resonará en el país.