‘Si tienen estudios vean por la gente’

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‘Si tienen estudios vean por la gente’

Orgulloso. César tiene 12 tatuajes en todo su cuerpo, incluido la imagen de su madre en el lado izquierdo del pecho. / Archivo
Quería ser actor pero la vida lo llevó por el camino difícil

Un ave fénix tatuada en el pecho da cuenta de la agitada y peligrosa vida de Pedro César Carrizales Becerra, “El Mijis”, un pandillero en su juventud y que ahora, a los 39 años, será diputado en el Congreso del estado de San Luis Potosí.

“El Mijis”, una variante de la contracción “mi’jo” (mi hijo), expresión con la que se saludan miles jóvenes “¿Qué pasó, mi’jo?”, vivió carencias desde niño que lo llevaron a pertenecer a pandillas.

Fue durante esa etapa cuando estuvo a punto de morir, tanto por peleas callejeras como por intentos de suicidio.

“Fui herido en un riña entre pandillas. Me ‘picaron’ el hígado y el pulmón; mi operación fue de 19 horas y estaba casi muerto”, cuenta quien recordó que participó en más riñas, sin escapar a ataques de armas punzocortantes y de fuego.

Hemos tenidos muchas amenazas, pero no me voy a rajar”
Pedro César Carrizales, diputado electo

Esa violencia recayó en su hijo, quien también sufrió ataques similares ya que “lo balearon y lo picaron” por problemas y rivalidades. “Mi vida fue una guerra constante”, contó.

Reconoce que tuvo que “vivir muchas tragedias para entender”, pero cuando fue niño no tenía intenciones de ser pandillero. “Yo quería ser actor y ser como Juan Ferrara (famoso actor de telenovelas en las décadas de 1980 y 1990)”, refirió.

“Mi vida cambió por la separación de mis padres, yo quería estudiar y la vida me llevó por otro lado. Como yo hay mucha gente que no tiene oportunidades, ni existen políticas públicas ni nada para ellos”, señaló.

“Con tanto tiempo libre, los jóvenes se van a la calle y hacen de la pandilla su familia. En tu casa y en la calle haces familia, pero los dos te dan consejos totalmente diferentes”, dijo.

Archivo

César auxiliaba a su madre, que tenía problemas renales, pero en una ocasión, cuando ella estaba grave, él decidió pasar el día con la banda en una borrachera.

“Al otro día mi mamá falleció y ya no me pude despedir de ella”, recordó.

“Fue un golpe duro, ya no quería vivir”, relató. Esa pérdida provocó que cayera en drogas y una profunda depresión que lo llevó a varios intentos de suicidio. “Lo intenté cinco ocasiones pero no lo logré, hasta que llegó un cristiano a sacarme de la calle”, apuntó.

Recibió ayuda y tras un periodo de recuperación busca una segunda oportunidad; ayudó a otros jóvenes que padecían los problemas que había vivido y ahí fue cuando comenzó su nueva vida. 

Trayectoria
En 2002 creó el Movimiento Popular Juvenil, que él dirige en San Luis Potosí, que busca “encauzar chicos en situación de calle y reivindicar sus derechos y luchar contra la discriminación”.

El Movimiento, integrado por miembros de 240 pandillas del estado, es también llamado “Un Grito de Existencia” y tiene como objetivo visibilizar a los jóvenes que padecen discriminación por su vestimenta, sus tatuajes y por las zonas en donde habitan.

Esa labor y el arrastre que tiene César entre los jóvenes provocó que partidos políticos se fijaran en él como posible candidato y a inicios de este año la coalición “Juntos Haremos Historia”, de por Morena, le ofreció apoyo. La alianza que lidera el futuro presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le aseguró autonomía en sus decisiones.

Al ver su increíble triunfo en las elecciones del 1 de julio, sus adversarios arremetieron con todo contra César, quien fue blanco de una campaña de denigración, lo criticaron, señalaron y discriminaron mediante fotos publicadas en redes sociales.

César, quien tiene antecedentes policiales mas no penales por un incidente con arma de fuego en 2011, aparecía con otros “chavos banda”.

“No queremos que nos juzguen ni criminalicen, y a los que están detrás de un escritorio les decimos que si tienen estudios, maestrías y doctorados, que trabajen y vean por la gente, como lo hemos hecho y seguiremos haciendo nosotros”, apuntó Carrizales, quien cuenta con estudios de bachillerato pero tiene “ganas de ir a la universidad”.