El deslinde explícito del Ejército Zapatista de la Liberación Nacional (EZLN) en relación al Gobierno federal entrante es mucho más que una manera de llamar la atención de los mexicanos.

Muchos consideran que este ejército está desmembrado y sin posibilidades de influencia, pero sus representantes han salido para declarar que no habrá cambio alguno en el país porque los dueños del capital son los mismos.

Ya en la radio nacional se habla de que la luna de miel con los morenistas concluirá algún día y se preguntan qué ocurrirá si sigue habiendo la misma inseguridad pública, si continúa la corrupción y si persisten las raquíticas oportunidades para las personas de la base de la pirámide social.

Cuando se tiene un gran poder hay que saberlo ejercer, y ahora que triunfó en los comicios Andrés Manuel López Obrador, habrá que ver si realmente responde a las altas expectativas de los electores. Él sabe que no será fácil gobernar a México, pero tiene la oportunidad de ser un presidente de la república mexicana más sensato.

Sensatez en la aplicación de los recursos económicos, sensatez en las políticas sociales, sensatez en su política internacional, sensatez en las promesas que ya no serán de campaña, sino de la máxima autoridad en México.

Habrá seguramente otros grupos además del de los zapatistas que se alzarán para decir que no están de acuerdo con López Obrador diciendo que es lo mismo que sus antecesores, pero yo confío en que millones de mexicanos no se equivocaron al emitir su voto y confío en que “El Peje” honre su palabra ante la historia.

Ya tuvimos un presidente también con apellido López al que se le calificó al final de su sexenio con un adjetivo animalesco y él llegó al poder con una votación absolutamente a su favor porque no tuvo contrincante.

Entre los dos López hay diferencias de cuna y de proyecto de vida, por eso espero con legítimo derecho que quien asumirá las riendas de México el 1 de diciembre de este año muestre que sí existen políticos dignos. Eso lo pienso por nuestras familias, por nuestra Nación y por el futuro de los mexicanos que están por nacer.

De acuerdo a los resultados electorales recientes, el territorio nacional se ha pintado de guinda, hasta en Nuevo León tuvo mayoría AMLO, ni qué decir de la presencia contundentemente morenista en las entidades federativas de occidente y de la incursión de este movimiento político en el estado de Coahuila, asiento aún de un priismo que está en vilo y en el que la candidatura de López Obrador obtuvo más de medio millón de votos, 200 mil más que su contrincante con más cercanía.