Defienden zoques de Chiapas 84 mil 500 hectáreas de los proyectos de la Reforma Energética

Organizados y hermanados, cuidan su entorno de las grandes empresas y de la Reforma Energética del Gobierno Federal, porque por más desarrollo que exista, siguen en la pobreza extrema
Sentencian. Habitantes zoques advierten que el estar en esas tierras, desde hace 2 mil 500 años, les da derecho a decidir cómo quieren vivir. Foto: Especial

Daniela Barragán

TECPATÁN, CHIAPAS.- Ni la Presidencia de la República, ni la Secretaría de Energía (Sener)  y ni la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) lo previeron. Sabían de los 12 pozos petroleros ubicados en la zona norte del estado de Chiapas y, como cualquier otro trámite, los programaron para su licitación en una de las rondas de la Reforma Energética.

Lo que ocurrió después, cuando los zoques –el pueblo indígena que habita la zona que se pretendía licitar– se enteraron de las intenciones gubernamentales, es algo que va con la naturaleza de ellos y de Chiapas en general: la de resistir y oponerse a lo que no quieren.

Así lo explicaron los mismos zoques, académicos y activistas, quienes coinciden en que la razón de oponerse es porque históricamente han vivido bajo un sistema de despojo que nunca les ha traído desarrollo. Y enfatizan el “nunca”.

Las cifras de pobreza en esa zona del País muestran que ni el petróleo ni la explotación de recursos naturales han mejorado la calidad de vida de las personas. Por el contrario: acusan contaminación, desplazamientos forzados, violencia y más pobreza.

Son 84 mil 500 hectáreas que los zoques defienden de los proyectos de la Reforma Energética, que a la vez se traducen en una inversión de más de 300 mil millones de dólares

Pero las actividades extractivas no se limitan a eso porque además hay 12 concesiones mineras en 70 mil hectáreas, la ampliación de la Presa Chicoasén, un proyecto geotérmico sobre 15 mil hectáreas –que abarca las poblaciones de Francisco León, Chapultenango y Ostuacán… y una represa en San Antonio Poyanó, Ocotepec.

Se cree que Chiapas es una gran bodega de recursos naturales de los que se puede disponer, pero las autoridades no han entendido que Chiapas es distinto. Los propios indígenas y campesinos con su movilización porque ven una oposición al desarrollo económico que a través de actividades extractivas busca generar sólo ganancias, cuando el efecto puede considerarse nulo: ahí sigue la pobreza estancada.

Contra la reforma

Organizados en el Movimiento Indígena del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y la Tierra (Zodevite), este pueblo tuvo la fortuna de organizarse desde el inicio y ese fue el factor clave para detener la Reforma. 

Las reuniones comenzaron en Tecpatán, un Ayuntamiento con una cabecera municipal que no opera porque fue incendiada en medio de las protestas.  Este municipio es sede de la asamblea del Zodevite del mes de junio. Los puntos de reunión se rotan para que todos tengan la oportunidad de recibir información. 

Dicen que es una forma de compartir la comunión cristiana y conocer sus lugares. Las reuniones se hacen cada mes y siempre de cada una se llevan tareas con soluciones de corto y largo plazo. 

Las asambleas se iniciaron hace dos años. Son de análisis, de información porque no se tiene, es poca la que llega sobre los hidrocarburos, la minería, todo lo que tenga que ver con megaproyectos.

Tienen ya un comité de defensa territorial que vigila que no entren empresas porque “pueden hacerlo en cualquier momento”. 

DESPOJOS EN TODA LA VIDA

En entrevista, Antonino García García, investigador y académico de la Universidad Autónoma de Chapingo enfatiza en que el despojo a los territorios indígenas y no indígenas en Chiapas no es tema nuevo.

“En la época prehispánica, en el Soconusco, los aztecas cobraban tributo con cacao, es decir ya había un impuesto antes del año 1520. Luego, en la época colonial, las grandes fincas criollas y españolas siguieron bajo ese esquema de despojo, además de la propia Iglesia colonial, que tenía alrededor de 500 fincas en Chiapas. 

“Después de la independencia de México, las empresas de Luis Hüller, un alemán nacionalizado estadounidense, deslindaron un millón 700 mil hectáreas; con Porfirio Díaz se da otro gran despojo de las grandes compañías madereras inglesas y estadounidenses que extraen grandes cantidades de selva, de caoba, cedro, maderas preciosas, las meten al Río Usumacinta y las cosechan o las sacan en el Río en Tenosique, Tabasco.

“Otro capítulo se da en 1950, cuando se instala en Chiapas y Tabasco la Comisión de Cuenca Del Río Grijalva. Con esa comisión, que pertenecía a la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos del Gobierno federal, se instalan seis comisiones de cuencas, entre ellas las del Papaloapan, Tepalcatepec, la del Grijalba y con esa se construyen cuatro grandes hidroeléctricas de México: Raudales Malpaso, La Angostura, Chicoasén y Peñitas.

“Con esas cuatro se despoja de 100 mil hectáreas a la población de Chiapas; la electricidad se mandó a Coatzacoalcos, Veracruz, para el desarrollo petrolero, a la Ciudad de México y a Monterrey, Nuevo León, para la industrialización.

“En 1972, en la zona zoque, y en el municipio de Reforma en particular, se hace un gran descubrimiento de dos pozos de extracción de gas natural. Son 20 campos activos que tienen actualmente 117 pozos que están explotándose desde 1972 y de ahí se extraen 44 mil 900 barriles de aceite diarios. Además, cada día, produce 296.2 millones de pies cúbicos de gas.

“Y otra vez: la extracción gas y de aceite de la zona norte de Chiapas, dentro de la zona zoque, tampoco se queda para el desarrollo de los chiapanecos.

“Hoy día, estos tres grandes rubros extractivos están presentes en Chiapas: hidrocarburos, minería a cielo abierto y presas hidroeléctricas […] Hay una concentración y no está bien planeada”, dice.

El doctor Antonino suelta el cuestionamiento: “¿Quién va a defender Chiapas? La población de Chiapas: indígena, la mayoría y las zonas rurales son los que están defendiendo los territorios. 

“Chiapas es otro México y eso la parte gubernamental no lo ha entendido. ¿Cómo te explicas que después de 3 mil 500 años de existencia, los mayas de Chiapas –tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales, etcétera– estén ahí? 

“Resistieron toda la época prehispánica, toda la etapa colonial, toda la etapa post colonial, toda la etapa revolucionaria, toda la etapa del desarrollo nacional de 1950 a 1985 que los excluyó, y están resistiendo esta etapa neoliberal”, afirmó. 

Sólo benefician a empresas

Mientras que Libertad Díaz, de la organización Otros Mundos AC, coincidió en que los modelos de desarrollo que se quieren imponer en Chiapas no son para las comunidades, sino que se trata de un desarrollo económico que beneficia a las empresas y que se basa en la explotación de los bienes naturales de los territorios chiapanecos.

“¿Desarrollo económico para quién? No vemos por dónde haya desarrollo, al contrario, creemos que generan división comunitaria, contaminación, desplazamiento. No hemos comprobado en dónde está el desarrollo que prometen las empresas o la inversión […]  Chiapas no es una región misma”, senetnció.

Antecedentes. Este es un caso más de territorio que se busca arrebatar a campesinos pobres con el discurso de desarrollo.
Resistieron toda la época prehispánica, toda la etapa colonial, toda la etapa postcolonial, toda la etapa revolucionaria y están resistiendo esta etapa neoliberal”.
Antonino García García, investigador y académico.

Resistencia no es fortuita

Chiapas cuenta con uno de los complejos procesadores de gas más grande del sureste en México: el Complejo Cactus, con una extensión de mil 822 kilómetros. Para 1978 la región petrolera de Chiapas, Tabasco y la Sonda de Campeche, proveía el 79% de la producción total del país, convirtiéndose consecuentemente en el centro principal de reservas.

De acuerdo con el Plan Quinquenal de Licitaciones para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos 2015-2019, Chiapas está dentro de las 48 provincias geológicas donde está establecida la producción comercial de aceite y condensados.

De acuerdo con información de Otros Mundos, en 2015, Pemex cumplió 40 años de actividades  extractivas de hidrocarburos en el norte de Chiapas, concretamente en los municipios de Reforma, Pichucalco, Juárez, Ostuacán y Sunuapa con un total de 129 pozos. 


En la comunidad Nuevo Volcán Chichonal están sin apoyo y contaminados


TECPATÁN, CHIAPAS.- Isaías Sánchez Sánchez, habitante de la localidad Nuevo Volcán Chichonal, reubicada tras la erupción del volcán, comenta que durante estos 36 años, Pemex nunca ha implementado en la comunidad, una campaña o brigada de salud médica, que mandara odontólogos, que estudiara su sangre; nada.

–Esos son apoyos sociales, pero hablando de acciones que reactiven la economía como ofrecer empleo, ¿han llegado a ofrecer algo?-

“De empleos temporales o empleos de base, nunca, nunca en la vida desde que yo tengo uso y razón se ha tocado ese tema. Incluso toda la gente que trabaja es de Tabasco que viene a trabajar acá. 

“Nadie de la comunidad indígena de Chichonal, tiene alguna plaza o trabajo con el que pueda decir que es de Pemex o que pertenece a Pemex. Para nada. O que Pemex enviara a alguien y que a nosotros que vivimos cerca nos ofrezcan empleo, aunque sea temporal, donde ganemos 5 mil pesos mensuales o 10 mil. Algo para madres solteras o adultos. Jamás. Nadie tiene trabajo directo con Pemex”.

-Pero sin tienen contaminación-
“Mucho. Lo que sufriendo es el impacto ambiental, el oxígeno está dañado, día y noche estamos respirando plomo, gas crudo, azufre. Estamos muy contaminados de Pemex, muy dañados.

“A unos cuantos kilómetros de la casa de Isaías se llega a un complejo de Pemex. El sonido de la tubería es abrazador al igual que el olor que desprende el desfogue. 

Aquí en Nuevo Chichonal ni siquiera hay agua diario, hay poca cada dos días. Las actividades de Pemex dañan los techos de lámina de las casas, tienen que cambiarlas seguido. Antes sí les daban láminas de asbesto cada cinco o diez años, y también alambre, pero ahora nada.

Los que conforman el movimiento zoque saben de todo esto: del ruido, el olor, el riesgo permanente y por eso se oponen. No es Pemex y los zoques. Son los zoques y su tierra y su resistencia. Sus decisiones. 

Alternativa: resistir

 “Los pueblos zoques nunca se habían movilizado contra un proyecto o un modelo impuesto por el Estado. Durante la Reforma Agraria, en los 70 y 80,  no tuvieron tantas movilizaciones a diferencia de los tzeltales, tzotziles y tojolabales en parte de la Selva Lacandona”, comenta , Fermín Ledesma, investigador del pueblo Zoque.

 “El modelo de la Reforma Energética es un modelo desarrollista que trae grandes industrias y problemas de inseguridad, contaminación. 

“El modo de vida de los zoques es comunitario, es ancestral y tiene otras lógicas incluso en el cuidado de la naturaleza. En esa perspectiva, es la primera vez que los zoques se unen en acción colectiva”, dice.

Situación. Los indígenas están resistiendo en medio de la pobreza y de un sistema que no comprende su visión de la vida, de bienestar y de respeto a su entorno.

Armando Castellanos Juárez es zoque, miembro activo de Zodevite y cooperativista. Él habla de los suyos como una cultura milenaria que persiste hasta la fecha; que está en resistencia, defendiendo su tierra y su cultura.

Además de la defensa contra el extractivismo, él cuenta de qué tanto se ha ampliado la visión de los zoques: se trata ahora del rescate de sus culturas como una forma de resistir más, inculcando a las nuevas generaciones a esta lucha de nuestra cultura.

“Valoro que esta lucha nos hizo voltear a ver a nuestra cultura, comenzamos a rescatar nuestra vestimenta, nuestra forma de alimentarnos. 

“Sabíamos que nuestros antepasados vivían más tiempo porque se alimentaban bien, sanamente, construyendo huertos familiares, sus verduras. Todo el alimento que ellos consumían lo producían sanamente. 

“Nosotros contrarrestamos también haciendo lo nuestro y sabemos que ahí está incluida una economía solidaria: vamos a producir nuestros propios alimentos y no vamos a tener la necesidad de recurrir a esos alimentos que siempre nos han dañado”, narró.

Su única alternativa es resistir, por dicho motivo están en pie de lucha

Nadie de la comunidad indígena de Chichonal, tiene alguna plaza o trabajo con el que pueda decir que es de Pemex o que pertenece a Pemex”. 

TECPATÁN, CHIAPAS.- Los zoques son una comunidad asentada en el noroccidente de Chiapas y están ahí desde hace 2 mil 500 años. A partir de la colonización del Siglo 16 fue una de las comunidades más explotadas y padeció hambruna, reducción de territorios y de su población a causa de enfermedades y trabajos forzados.

Esta es la primera vez que todos los zoques se organizan. Los 12 pozos impactan a nueve de sus municipios: Tecpatán, Francisco León, Ostuacán, Chapultenango, Ixtacomitán, Pichucalco, Solosuchiapa, Sunuapa e Ixtapangajoya. 

En total, son 26 municipios en los que habitan zoques y, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), hay un millón 400 mil 614 habitantes en el corredor zoque y el 60 por ciento viven en pobreza.

Asambleas

Los viernes participan cerca de 100 personas y muchos no pueden asistir. 

Los sábados se juntan hasta 300 personas, inician a las 12 del día, hay propuestas, se escuchan, recalcan la importancia de defender el uso de suelo de las tierras.

Son hombres y mujeres y el tema gira alrededor del ¿qué vamos a hacer?

Duran cerca de cinco horas con una pausa de 15 minutos para tomar pozol blanco.

Regularmente se escuchan estas frase: “Piensan que nosotros ya no valemos”, “A todos nos interesa el bienestar de todos”, “Llevar información para ayudarnos mutuamente”.

También “No es nada fácil enfrentarse a los monstruos”, “Tenemos la oportunidad de estar unidos”, “Ser un solo zoque”. 

DATOS

150 pozos petroleros hay en la zona y 12 están situados en ejidos zoques.

84 mil 500  hectáreas defienden los zoques de los proyectos de la Reforma Energética.