Monumento natural

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Monumento natural

Ilustración: Vanguardia/Esmirna Barrera
Las sierras y cañón de Bustamante podrán ser decretadas con esta categoría por contar con condiciones naturales singulares y excepcionales

Resulta extraordinaria la existencia de gobernanza en un pueblo. Constatar que los integrantes de un cabildo se ponen de acuerdo de manera unánime por una iniciativa que rebasa los intereses de los tiempos electorales.

Desde el 2008 un grupo de personas habíamos comentado la necesidad de elevar a Área Natural Protegida, la sierra y el cañón de Bustamante, Nuevo León, por su riqueza biótica.

De hecho, lo deseable sería perseguir esta condición de protección para toda la sierra de Bustamante denominada así por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y que incluiría hacer gestiones además de Bustamante, en los municipios de Salinas Victoria, Villaldama y Lampazos en territorio nuevoleonés; y en el municipio de Candela en Coahuila.

La primera vez que hice gestiones para explorar le elevación en área natural protegida (ANP) a nivel federal del lugar de referencia fue en 2008. Entonces Ernesto Enkerlin era presidente de la Comisión de Áreas Nacionales Protegidas (Conanp), quien hizo crecer en un 50 por ciento las áreas que debían protegerse en México; sin embargo, él me dijo que esto no sería posible en el corto plazo porque implicaba erogaciones económicas con las que no contaba la Federación, pues tendría que sostenerse una administración y un sistema de guardaparques.

Pasaron años y nuevamente en el 2016 insistí en que por lo menos se protegiera la sierra en territorio bustamantense. En el marco de un foro con presencia de especialistas se presentó la idea. En un primer momento alguien de la comunidad con derechos ejidales, tal vez sin ninguna mala voluntad, expresó luego a los ejidatarios que algo se pretendía hacer que podía afectarles: nada más incorrecto.
Luego los ejidatarios amablemente me invitaron a participar en una reunión en la que me hice acompañar de Víctor Fratto, especialista argentino de renombre, y de Emma González, experta mexicana en protección civil, para dialogar con ellos. Allí me di cuenta que en los ejidatarios hay grandes conocimientos y que son personas respetables. Observé en ellos un interés genuino en conocer cómo podían explotar sustentablemente sus propiedades y que si llegaban a ser ANP, adquirirían un mayor valor.

Ahora las circunstancias permiten que sea el cabildo municipal el que pueda iniciar el proceso para que se decrete como ANP en la categoría de Monumento Natural Estatal “Sierras y Cañón de Bustamante”, ya que tiene la personalidad jurídica para hacerlo.

Los integrantes del cabildo son de distintos partidos políticos, pese a ello todos votaron a favor de que inicie el proceso de decreto. Con sucesos como éste, vuelvo a creer que es posible la gobernanza cuando existen fines comunes.

Ahora se presentará un estudio técnico justificativo asesorado por el ambientalista Alfonso Martínez Muñoz para que en el momento en el que la iniciativa aparezca en el Diario Oficial del Estado se abra una consulta pública en un término de tiempo tras el cual, luego de que se hagan o no ajustes a los términos del decreto por parte de los interesados, se convoque a una sesión extraordinaria de cabildo para aprobarlo.

Será el primer Monumento Natural Estatal en Nuevo León, pero abrirá la pauta para que otras municipalidades repliquen esta iniciativa.

La Ley Ambiental del Estado de Nuevo León publicada en 2005 estipula en su artículo 78 que un Monumento Natural Estatal debe contar con características naturales singulares y valores estéticos excepcionales para desarrollar en éste actividades de ecoturismo entre otras. 

Eso garantiza que el patrimonio natural de un lugar extraordinario se preserve.