Desde hace semanas, Omar Ortiz (Guadalajara 1977), un pintor catalogado  hiperrealista saltó a las redes sociales, luego de  darse a conocer que con sus pinceles, plasma el cuerpo humano más allá de la “tercera dimensión”.

“Disfruto mucho el reto de reproducir los tonos de la piel con luz natural y los matices que nos brinda, particularmente en ambientes muy iluminados. Me gusta mantener la simplicidad en las piezas ya que creo que los excesos nos vuelven más pobres que ricos”, afirma.

Para darle un toque real a sus pinturas, Omar, un hombre obsesionado con su trabajo, tiene pleno dominio del conocimiento del cuerpo humano y esto se ve reflejado en sus obras, que por lo regular son dedicados a la belleza femenina.  

La luz, la figura humana y un juego mágico de telas y texturas son los elementos esenciales en sus obras las cuales están llenas de detalles y de su talento.

Omar se distingue por la estética minimalista que plaga sus cuadros. En la mayoría de ellos predomina la simpleza: un fondo plano que privilegia las texturas y una figura humana como protagonista indiscutible.

En entrevistas ha dicho que el óleo es su medio favorito por las infinitas posibilidades que ofrece. “La calidad de los colores es muy buena, puedes trabajar con empastes o con veladuras, el tiempo de secado te permite fundir muy bien los tonos para lograr ese realismo que busco en mi obra”, ha manifestado.

Aunque a veces es criticado por diversos sectores de la sociedad, el artista afirma que podría pintar la figura humana toda su vida y aun así sentiría que le falta conocer más allá del cuerpo humano.

Con información de Agencias