Maquiavélicas 3
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Maquiavélicas 3
“El Príncipe”, de Maquiavelo, ilustra los aciagos días del gobernante a control remoto y espurio:
“El príncipe, en los primeros de estos Estados en que gobierna él con algunos ministros esclavos, tiene más autoridad, porque en su provincia no hay ninguno que reconozca a otro más que a él por superior: y si se obedece a otro no es por un particular afecto a su persona, sino solamente porque él es Ministro y empleado del príncipe”.
Primera. Por fin los ruegos a San Juditas tuvieron efecto y como tapón de sidra salió directo a su grotesca residencia el hoy exsubsecretario de la SEDU, Julián Montoya, para bien de la educacion en Coahuila. Este mal llamado mentor había hecho de esa dependencia su coto de poder con mayor influencia que los dos secretarios que antecedieron al actual.
Su estilo burdo del charoleo había tenido amedrentada a esa dependencia con el cuento de su amistad con Rubén. Con su salida se pretende enviar un mensaje a las viudas del exmandatario que pululan en la administración pública. Siguen en ese orden Enrique Flores y Rosalinda Garza, dos personajes igual de nefastos que han dañado la imagen de la dependencia y resultando para ellos una verdadera mina de oro, pero todo a su tiempo. La última trapacería del dúo está siendo desenmascarada ante la complacencia en el manejo de las cuotas escolares por parte de algunos directores y su complicidad en el asunto desde hace muchos años.
Segunda. Más de 100 días fueron necesarios para encontrar al secretario de Seguridad Publica de Coahuila, en los estira y afloja de la dupla Morán y Purón habían sido considerados, pero sus malos antecedentes opacaron la nominación, luego una sugerencia de la hechicera hidalguense encaminó los pasos hacia José Luis Pliego Corona, aun cuando su designación violentaba la Ley Orgánica de la Administración Pública de Coahuila, en fin, como en la ley está la trampa, pues se fueron por la fácil y la cambiaron.
Entre los méritos del funcionario, según testimonio del libro: “19s. El día que se cimbró México”, el citado secretario: “hizo firmar a los familiares de las víctimas reclamadas un convenio de confidencialidad como requisito para entregar los cuerpos, ante lo que habían visto ese fatal día, lo anterior en su carácter de funcionario de la División Científica de la Policía Federal. Estos testimonios incluían versiones de esos familiares que habían observado como por la calle Ámsterdam de la Zona Rosa, la Marina había establecido un cerco y la Policía Federal sacaba cadáveres en las patrullas de los cuales no se tuvieron informes de su destino final”.
Los desatinos desde el inicio de sus funciones: en Piedras Negras, la alcaldesa y la diputada local clamaron por que la Fuerza Coahuila saliera de la ciudad, y en Saltillo una patrulla arrolló y casi mató a una persona.
Tercera. Se advierten los mismos síntomas de la elección espuria de 2017, en el IEC y que seguro repercutirán de sobremanera en las elecciones a las alcaldías de Coahuila. Ya la sumisa presidenta del organismo “autónomo” nos da cuenta de sus intenciones: “se ha sumado el organismo a las reuniones de seguridad del Gobierno del Estado, para establecer los mecanismos de protección en las instalaciones del IEC en cada una de las sedes principales de la entidad, donde habrán de resguardarse boletas y material electoral. Por ahora se ha requerido la participación de la Fuerza Coahuila y la Policía Federal de Caminos (sic) para dar seguridad al traslado de materiales y al resguardo de las boletas” (¿y el Ejército?).
Además resulta sospechoso su pleito con el INE referente a la falta de presupuesto para capacitar a funcionarios electorales y triplemente burdo es que el IEC apeló ante la Sala del TEPJF la decisión de la Junta Distrital 05 de contradecir un acuerdo sobre los mecanismos de recolección de urnas que se hará el 1 de julio y el número de capacitadores electorales (CAE) que harán esa y otras tareas. En resumen Gabriela de León ya tiene los resultados, nomás faltan las elecciones. ¡Haya cosa!