“Porque todo en este mundo está perdonado de antemano, y por tanto, todo cínicamente permitido”.

Milan Kundera

Siguiendo con las acciones y sombras de este Gobierno coahuiltecus de segunda mano y falto de palabra, damos tiempo al pensamiento maquiavélico que lo circunda:

Primera maquiavélica. Pesados lastres de personajes del pasado circulan en las dependencias de Gobierno asaltando las escasas intenciones de gobernar para el bien común, tan ajeno. El turno es el de la Secretaría de Educacion, que después del daño causado por Chema Fraustro y continuado por Chuy Ochoa, trata de apuntalarse con la figura del prestigioso académico Higinio González.

Sin embargo, dentro de las grandes costras que emanan de los bajos fondos de la administración de la Secretaría en cuestión, yace el pus que contamina. Desde dependencias como la Coordinación de Asuntos Jurídicos, los espectros del pasado conjuran ante los cambios y entorpecen las soluciones. El dúo de Enrique Flores y Rosalinda Garza, antaño déspotas e intolerantes, están convertidos, dicen las voces informativas, en practicantes de la lisonja y la ceremonia. Bien haría el secretario en sacudirse ese dueto que causó mella en el gremio magisterial a través de despidos injustificados y vendettas políticas.

(Sólo recordar que Flores fue aquel “héroe” que hizo expulsar al alumno de secundaria Miguel Miramontes, por haber enfrentado al entonces gobernador en 2012, ganándose con esta acción su  sello de abejita de “Sí trabaja”). Un norte sólo con rascarle un poco al asunto de la International School, el dueto pisa bote.

Segunda maquiavélica. “El mejor regalo que le podemos dar a todas las niñas y niños coahuilenses como sociedad y como Gobierno es seguir generando las condiciones para su desarrollo, para garantizar sus derechos y los de sus familias”, refirió el gobernador Riquelme en el festejo del Día del Niño.

Y con ello, vaya regalazo ese que se llevarán los niños y niñas de esta tierra endeudada con 37 mil 250 millones de pesos, que terminarán pagando tal vez cuando esta generación llegue a la edad dorada, la tranquilidad que dan los 13 mil 776 delitos que se han cometido en  los primeros 90 días de esta administración (153 por día) y los 729 casos de desaparición, pendientes por aclarar en Coahuila. Sin duda que la desvergüenza y el cinismo se hicieron cargo de esta tierra.

Tercera maquiavelica. En un intento desesperado para que su candidato brinque del tercer sitio en las encuestas, el PRI sustituyó a su presidente de manera exprés e ilegal. Rompiendo una regla de origen, y de rebote sus estatutos, el “Negro” Juárez fue instalado a la manera del dictador Huerta, por razón administrativa y burda. Establecen los estatutos del PRI que en el caso de una renuncia de su presidente, quien ocupe la Secretaría General sustituirá estas funciones en tanto no se nombre uno nuevo, y la Secretaría General sería cubierta por el secretario de Organización. El pasado fin de semana, después de la salida de Ochoa, “confirman” que Adriana Ruiz Salinas de Gortari pidió licencia momentánea para que René Juárez se hiciera cargo de su puesto y entonces de esa posición saltó a la presidencia. ¿Qué pasó con el secretario de Organización entonces? ¿No le correspondía la Secretaría General por minutos? Bueno, en primer lugar se apellida Moreira y debido a que la semana anterior el efecto de su spot en el que pide votar por Meade lo hizo perder varios puntos, pues entonces simplemente lo escondieron, y a continuar con sus obras de plomería electoral.

(Ciudadano, cuida tu voto en Coahuila, seremos el experimento más macabro jamás imaginado en complacencia con la nefasta presidenta del IEC y su pandilla).