La desgracia de Siria

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La desgracia de Siria

Ilustración: Vanguardia/Esrmina Barrera

Los últimos siete años Siria ha sufrido una guerra civil con diferentes grupos que han intentado tomar el control del país. La lucha es entre soldados que apoyan al presidente sirio Bashar al-Assad y combatientes rebeldes, que no quieren que Assad esté en el poder nunca más.

Uno de los grupos rebeldes se hace llamar Estado Islámico.

En el caos de la lucha entre el gobierno y los combatientes anti gubernamentales, el Estado Islámico tomó posesión de regiones de Irak y posteriormente se internaron al este de Siria, donde fueron capaces de ganar tierras y poder. Aunque el Estado Islámico ya ha perdido el control de gran parte del territorio sirio, continúa luchando en el país.

De acuerdo con medios internacionales, la situación es aún más complicada porque otros países se han visto involucrados en el conflicto. Los simpatizantes claves de Siria son los rusos y los iraníes, mientras los Estados Unidos, Turquía y Arabia Saudita apoyan a los rebeldes.

El Reino Unido y Francia y otros países occidentales siempre han variado sus niveles de apoyo hacia los rebeldes.

De acuerdo con las Naciones Unidas, un grupo de países trabaja en conjunto para brindar paz en un contexto en el que al menos 6.1 millones de civiles han dejado sus hogares dentro de Siria, mientras 5. 6 millones han huido del país.

El país está siendo destruido por el conflicto, incluyendo gran parte de su herencia cultural; este año 13.1 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria"

Aún antes de que el conflicto iniciara en Siria, como consecuencia de la Primavera Árabe, muchos sirios se manifestaban en contra de las altas cifras de desempleo y la falta de libertad política del Presidente Bashar al-Assad.

Sin embargo, el evento que causó que la guerra civil estallara ocurrió en el 20011, en la ciudad de Deraa.

Gente local decidió protestar después de que 15 niños fueron arrestados y torturados por dibujar grafitis en contra del gobierno en una pared.

La protesta empezó siendo pacífica, con llamados a la liberación de los niños, un gobierno democrático y más libertad para la gente del país.

El gobierno respondió furiosamente el 18 de marzo del 2011 pues la armada abrió fuego contra los manifestantes, matando a cuatro personas. La gente estaba impactada por lo que había ocurrido y pronto se propagaron las protestas en todo el país.

La gente demandaba a Bashar al-Assad renunciar a la presidencia. Sin embargo, él se rehusó por lo que las protestas se volvieron violentas. En julio de 2012 la Cruz Roja Internacional declaró que la violencia en Siria se había esparcido de tal modo que ya se podía hablar de guerra civil.

El grupo que quiere que el presidente dimita llamada: la oposición, incluye a combatientes rebeldes, partidos políticos que están en contra de Assad y a los sirios que viven en el exilio y que no pueden volver al país.

En 2011 el grupo llamado Estado Islámico se unió a la rebelión en contra del presidente Bashar al-Assad en Siria.

El estado Islámico es un grupo extremista que ha usado la violencia en contra de cualquiera que esté en contra de lo que ellos piensan. Ellos han perseguido a otros grupos, incluyendo a cristianos y yazidis.

En 2014 el grupo empezó a tomar grandes áreas de Irak, país que colinda con Siria. Después, se internaron en el este sirio, aprovechando el caos de la guerra civil.

Raqqa fue la primera ciudad capturada, a principios del 2014.

A finales del 2017, los kurdos sirios y combatientes árabes se unieron respaldados por Estados Unidos para recuperar Raqqa en el noroeste sirio.

Pero, ¿qué le espera a Siria después del ataque de Trump en contra del gobierno de Assad?

Existe un punto muerto entre ambas partes. Esto quiere decir que tanto el gobierno como los grupos rebeldes son incapaces de llegar a algún acuerdo en el futuro.

El país está siendo destruido por el conflicto, incluyendo gran parte de su herencia cultural. La ONU ha dicho que 13.1 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria en 2018. Pero es muy complicado ya que casi 3 millones de sirios viven en áreas de difícil acceso.

Mientras tanto, Trump ha declarado que el propósito de haber lanzado misiles es para desalentar la producción de armas químicas, que supuestamente fueron utilizadas por parte del gobierno sirio el pasado fin de semana en Guta Oriental.

Lamentablemente no se auguran buenas noticias, sino todo lo contrario.