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Historia de un maleficio
El ‘mal de ojo’ es uno de los miedos más universales, de hecho, es la creencia supersticiosa más extendida en el planeta, según la cual, ciertas personas tienen la capacidad de producir daño, desgracias y males a otras personas, con sólo mirarlas.
El ‘mal de ojo’ es consecuencia de la envidia. En teoría, algunas personas acumulan tanta maldad dentro de sí mismas que con solo fijar su mirada en la persona elegida, pueden provocarle todo tipo de infortunios.
Desde hace miles de años el ‘mal de ojo’ y los amuletos para ahuyentarlo han estado presentes en el imaginario humano.
Cuando se trata de alejar a las místicas y malévolas fuerzas del mal, el amuleto más conocido es quizás la imagen del ‘ojo azul de cobalto’, que se encuentra por todas partes, pero sobre todo en los bazares de Egipto y Estambul.
En otros países, el amuleto contra el ‘mal de ojo’ es el ‘puño cerrado de azabache’ o la ‘gota de azabache’, que se le coloca a los niños en la pulsera, en el cuello o en el vestido, para evitar que las personas le hagan daño con la mirada.
Más allá de esa creencia, conocida en todo el planeta, los amuletos del ‘mal de ojo’ han aparecido con frecuencia en el mundo de la moda. Kim Kardashian fue fotografiada luciendo brazaletes y tocados con el símbolo, mientras que la modelo Gigi Hadid que saltó a la fama a finales de 2017, anunció que lanzaría una línea de zapatos inspirada en el famoso ‘ojo azul de cobalto’.
Que esas celebridades mundialmente conocidas hayan apostado por el símbolo podría sugerir que el ‘mal de ojo’ está viviendo un auge de popularidad, pero la verdad es que desde hace miles de años ha estado presente en todas las culturas del planeta.
Origen musulmán
Amuletos oculares tallados en yeso de alabastro, fueron encontrados en el sitio arqueológico de Tell Brak, en Siria, que se estima datan de 3 mil 500 años antes de Cristo.
Entre esos amuletos se encontró el nazar o nazarí, un talismán destinado a proteger del ‘mal de ojo que, como ya se dijo, es una maldición transmitida a través de una mirada maliciosa.
Y aunque el nazarí existe desde hace miles de años, la maldición que repele es mucho más antigua y difícil de rastrear.
No obstante, se sabe que Nazarí fue la dinastía musulmana que reinó en Granada, España, hasta la toma de la ciudad por los reyes católicos en 1492.
Según la tradición musulmana, el nazarí, deriva de la creencia de que alguien que logra un gran éxito atrae la envidia de quienes lo rodean. Y esa envidia se manifiesta como una maldición que acabará con su buena fortuna.
En el antiguo Egipto, los faraones eran enterrados con el ‘Ojo de Horus’, también conocido como ‘ojo egipcio’, para protegerlos durante el viaje al más allá.
La visión griega
Desde la petrificante mirada de las górgonas griegas hasta los cuentos populares irlandeses de hombres capaces de hechizar a los caballos con la mirada, prácticamente todas las culturas han tenido una leyenda relacionada con el ‘mal de ojo’.que más allá de sus connotaciones potencialmente paganas, se ha encontrado en textos religiosos como la Biblia y el Corán.
Por ejemplo, el amuleto conocido como ‘ojo de cobalto’ y el amuleto que representa la palma de la mano con un ojo en el centro, han sido usados como protectores por judíos, cristianos y musulmanes del norte de África y del Medio Oriente.
El ‘mal de ojo’ trascendió la mera superstición a través de una serie de célebres pensadores que atestiguaron su veracidad, como es el caso de el filósofo griego Plutarco, quien en sus ‘Simposios’ sugirió una explicación científica: que el talismán contra el ‘mal de ojo’ tenía el poder de liberar rayos invisibles de energía lo suficientemente potentes para proteger a un niño. De ahí que los infantes siempre hayan recibido como regalo talismanes protectores contra el ‘mal de ojo’, que en el área del Mediterráneo se atribuía a las personas de ojos azules, una rareza genética en esa región.
Los hallazgos más antiguos
Con una creencia tan apasionada y generalizada, no sorprende que la gente de las civilizaciones antiguas buscara un medio para repeler los hechizos y las maldiciones, lo que condujo a los primeros diseños del amuleto nazarí que se conocen hoy en día.
La versión más antigua de esos amuletos se remontan al año 3 mil 300 antes de Cristo, en excavaciones realizadas en Tell Brak, una de las ciudades más antiguas de Mesopotamia, en la actual Siria. Eran imágenes abstractas de alabastro con ojos grabados.
Mientras que las imágenes de Tell Brak parecen ser los amuletos oculares más antiguos, tienen poco que ver con el ‘ojo de cristal azul’ que comenzó a aparecer en el Mediterráneo alrededor del 1500 antes de Cristo.
Los abalorios de cristal de las islas del Egeo y Asia Menor dependían de los adelantos en la producción de cristal. Y en cuanto al azul del ‘ojo egipcio’, este provenía de un barro que contiene un alto porcentaje de óxidos de cobre y de cobalto, que se vuelven azules cuando se hornean.
Los expertos hacen referencia a varios colgantes del ‘Ojo de Horus’ de color azul excavados en Egipto, y afirman que de alguna manera podrían ser vistos como el predecesor más influyente del nazarí moderno.
En Mesopotamia y el Mediterráneo
Los abalorios azules del mal de ojo se difundieron ampliamente en la región de Mesopotamia. Los utilizaban los fenicios, los asirios, los griegos, los romanos y, quizás los más famosos de todos, los otomanos.
Aunque su uso estaba más concentrado en el Mediterráneo y el Levante, a través del intercambio y la expansión de los imperios llegaron a todos los rincones del mundo.
Tamibién existe el ‘Ojo de la Providencia’, adoptado por los masones con la intención de simbolizar la omnisciencia de Dios (que todo lo sabe). El ‘Ojo de la Providencia’ aparece en la parte posterior de los billetes de un dólar de Estados Unidos.
En fin, lo más fascinante del mal de ojo no es su longevidad, sino el hecho de que la creencia haya permanecido a lo largo de milenios. Todavía en la actualidad lo vemos en los aviones, de la misma manera que los egipcios y los etruscos lo pintaban en la proa de sus naves para asegurarse un viaje seguro.
En muchas partes del mundo, es tradición regalar amuletos contra el mal de ojo a los recién nacidos, por la creencia de que los niños son los más susceptibles a la maldición.
En fin, los símbolos alusivos al ‘mal de ojo’ han trascendido los límites culturales, geográficos y religiosos, hasta el punto de quehan ocupado un lugar sagrado en los tres grandes monoteísmos, vale decir el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.
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