El accidente laboral en el que resultaron heridos dos trabajadores en esta semana dentro de la mina El Retoño —ubicada en el municipio de Sabinas—, pudo haberse evitado debido a que incumplieron con los ordenamientos impuestos por la Secretaría del Trabajo.

Los trabajadores identificados como Hipólito Ramos Ayala y Uriel Rocha López, laboraban dentro de la mina a pesar de que tenía irregularidades en cuanto a su operación. 

De acuerdo con Cristina Auerbach, directora de la organización Pasta de Conchos, a Hipólito le fue amputada una pierna y no existe prótesis con la que pueda volver a caminar.

Además, es familiar de Jesús Ayala, quien murió en un pozo minero en 2010; mientras que Uriel se encuentra aún en cuidados intensivos en un hospital de la localidad.

“El caso es muy grave porque la mina estaba restringida y no tendrían que estar trabajando, además una las medidas que le impuso la Secretaría del Trabajo a los dueños fue que hicieran un carro adecuado para el transporte de los mineros, para que no se transportaran en el mismo que se acarrea el carbón”. 

Sin embargo, Auerbach dijo que, “no hicieron ese carro, continuaron transportándose en el mismo que en el carbón y además el malacate ya tenía problemas y eso es muy grave porque se trata de una negligencia, por lo que no se puede decir que fue un accidente, sino un siniestro”. 

La representante de la organización Pasta de Conchos, reconoció que han habido algunas empresas mineras con las que se han llegado a acuerdos laborales y han entablado comunicación para evitar accidentes; sin embargo, en otras como El Retoño, cuyo propietario es Juan Adolfo García Estrada, no ha sido así. 

“En el ejido El Mezquite, donde está la mina El Retoño, hace unas semanas también encontramos minas clandestinas, pues resulta que los quitas de un lugar y se van a otros, porque siempre son los mismos porque son los que venden el carbón a los que tienen licitación directa con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o con Prodemi”, señaló. 

Finalmente, sostuvo que las tragedias se repiten porque se repite la impunidad y las negligencias laborales.