Las personas desaparecidas
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Las personas desaparecidas
Se realizó en Saltillo el Foro Nacional para implementar la Ley General de Desaparición Forzada de Personas. Llevamos años siguiendo el dolor de los familiares de desaparecidos y apenas se vislumbra una lucecita al fondo del túnel. Según la Organización de las Naciones Unidas contamos en México con 35 mil desaparecidos. En Coahuila podemos nombrar a mil 963 de los que tenemos datos (nombre, fecha y lugar de desaparición).
Contamos en Coahuila con cinco colectivos de familiares: Piedras Negras, Allende, Monclova, Laguna y Sureste, además de personas que por su cuenta buscan a sus parientes. La cuestión no es fácil, sino demasiado compleja. Dijo el abogado Santiago Corcuera que se trata de un delito continuo.
El hecho de nombrar al desaparecido no soluciona nada: es preciso buscarlo y castigar a quienes perpetraron el crimen.
Mientras eso llega, las personas continúan sufriendo la ausencia y, sobre todo, duda y la espera.
Los testimonios expresados, en su mayoría por mujeres, por razones obvias, son dolorosos. En 2009 unos comerciantes de pinturas, que tenían 27 años de venderlas en el norte de México casa por casa o en ferias, desaparecieron en Coahuila con todo y camionetas: sus parientes, Reina Estrada y Yolanda Oropeza están en Saltillo participando en una lucha que no desean termine hasta que se resuelva ese crimen. Una mujer de San Luis Potosí perdió en Tamaulipas a cinco: esposo, hijos, primo. Brenda Muñoz, de Saltillo, joven cuya madre ya no está en casa, preguntó “¿por qué sobran tantos cuerpos y faltan tantas personas?” A una mujer salvadoreña a la que asesinaron un hijo en San Fernando, Tamaulipas dijo que se le regresó un cadáver, pero sigue en lucha para que los Gobiernos hagan su trabajo, y por solidaridad. Michelle Quevedo contó que en Veracruz desapareció su hermano; la familia se puso a buscarlo y, como resultado, asesinaron a su novio y su hermanita; quedan ella y sus padres. Entre los pocos varones estuvo Raúl Reyes, que escribió: “Solicito a la sociedad me comprenda y se compadezca de la tragedia que quema mis entrañas”.
Fuera de esos informes personales, no faltó quien exigiera revisar datos del pasado y no permitir que se olviden las grandes masacres de Allende y Piedras Negras. En Allende los criminales mataron al menos a 300, incluyendo niños, ancianos y mujeres. En Piedras Negras el Estado mexicano estuvo entre paréntesis algún tiempo. Los narcotraficantes ocuparon la cárcel para tenerla como casa. Los presos eran sus sirvientes y ahí instalaron un horno para quemar cadáveres. Se cree que fueron incinerados no menos de 150 cuerpos. ¿Dónde estaba el Gobierno federal, estatal y municipal?
El trabajo que ha realizado la ONU no ha sido únicamente suyo, se ha coordinado con múltiples instituciones universitarias, en especial con asociaciones civiles que han espoleado a Gobiernos y gobernantes para que les regresen sus seres queridos o al menos les muestren y entreguen sus restos. De entre las universidades comprometidas menciono a la Iberoamericana de la Ciudad de México y a la Universidad Autónoma de Coahuila, pero participan algunas extranjeras, como las de Texas y California. Por parte de nuestra universidad, quien ha hecho cabeza es la Academia Interamericana de Derechos Humanos, liderada por el Dr. Luis Efrén Ríos. Pivote, también del Foro, es el Centro Fray Juan de Larios que lleva muchos años en lucha, inicialmente desde Saltillo, pero ha ampliado su alcance. Es conducido por Blanca Martínez, rodeada por muchas familias de desaparecidos.
Este Foro Nacional tiene por objetivo implementar la Ley arriba mencionada. La senadora perredista Angélica de la Peña habló del arduo trabajo para lograr que otros senadores se interesen en el problema.
No escatimo la corta visita del gobernador Miguel Riquelme, que aseguró que atenderá a las víctimas, perseguirá a los delincuentes y a los funcionarios que hayan participado en desapariciones o se hayan hecho de la vista gorda. Le tomo la palabra: hay centenares de empleados de Gobierno de los tres niveles que deben ser llamados a cuentas.
Algo personal: los colectivos de familias me nombraron parte del Grupo Autónomo de Trabajo para acompañarlas y, de alguna manera, representarlas frente a las instancias de Gobierno. Eso me enorgullece.