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Se requiere alternancia exigente para un cambio: Sergio López Ayllón
Perla Miranda
CDMX.- Impunidad, corrupción, inseguridad y bajo crecimiento de la economía son los cuatro problemas que más aquejan al País y resolverlos no es cosa de una sola persona, dice Sergio López Ayllón, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
En entrevista, explica que quien gane la Presidencia de la República en la elección de julio próximo deberá trabajar de manera coordinada con el Congreso de la Unión y el Poder Judicial, y asumir que la obtención del cargo no se dio por unanimidad, puesto que nadie logrará 60 por ciento de los votos.
Enfatiza que instituciones como el CIDE, la UNAM, el IPN y El Colegio de México pueden aportar conocimiento e ideas para que en el contexto electoral el debate “no sea superficial y de ocurrencias, sino que tenga información y pueda generar políticas públicas responsables”.
Confía en que la contienda electoral se realizará de manera transparente y legítima, y que el pleito político no será el protagonista. Sobre una posible alternancia política en la Presidencia, considera que los mexicanos estamos preparados y “lo que necesitamos es una alternancia exigente que produzca un cambio”.
El mayor reto, afirma, no se encuentra en la aceptación de una alternancia, sino en la de una democracia que requiere construir consensos.
Ya salió la primera de dos Antologías sobre implementación de políticas públicas, sello editorial CIDE!!!!!!!!! pic.twitter.com/KfBMupEaYg
— María del Carmen Par (@mcpardo5) 14 de marzo de 2018
Expone como ejemplo los desfalcos a las arcas públicas de diversas entidades federativas: “Es a nivel estatal donde no hemos podido construir condiciones de una alternancia efectiva. Hoy estamos sufriendo las consecuencias en estados donde los controles democráticos no funcionaron y tuvimos excesos de todos los partidos en la gobernanza. Dicho de otra manera, el problema del País no está en el Gobierno Federal, sino en la incapacidad de generar gobernanza democrática en entidades federativas y en las ciudades”.
-¿Cuál es el panorama de México frente a las elecciones?-
“Pienso que el País enfrenta un momento complejo por el divorcio a nivel mundial entre la clase política y las promesas de la democracia, por ese desencanto que existe entre la población, frente a la política y la democracia.
“No importa quién gane la Presidencia, no podemos seguir con esa visión de que el Presidente lo puede todo. Vivimos en un País en el que la Presidencia es muy importante, pero debe trabajar con el Congreso y el Poder Judicial. Tenemos un gran camino por recorrer para corregir los problemas que aquejan a la República como la impunidad, la corrupción, la inseguridad y el bajo crecimiento económico”.
-¿Qué sucederá en la elección?-
“En este momento es impredecible, faltan muchos meses y en política es mucho tiempo. Hay muchas variables, algunas internas y otras externas. Es muy difícil hacer un pronóstico, si bien las encuestas marcan una tendencia clara, que entren independientes modifica las coordenadas.
“Lo importante es que confiemos en que serán elecciones en las que los votos cuenten, en las que la decisión que tome la mayoría de los mexicanos sea clara y podamos confiar en ella”.
-¿Cómo lograr que la ciudadanía confíe en este proceso?-
“Con transparencia en las instituciones electorales. Son ellas las que nos deben generar esa confianza al informar, comunicar y rendir cuentas. Va a ser muy importante tener resultados confiables rápido y que se construyan condiciones que permitan que los candidatos acepten el resultado de la elección”.
-En cuanto a los electores, ¿qué es lo más complicado?-
“Elegir. He escuchado que la gente dice: ‘No sé por quién votar, no tengo confianza en ninguno de los candidatos’. Esto tiene que ver con ese divorcio entre el discurso político y la sociedad”.
-¿Qué tan preparado está México para una posible alternancia?-
“Creo que México está preparado. Ya la hemos tenido. Lo que necesitamos es una alternancia exigente que produzca un verdadero cambio”.
“El riesgo no deriva de la alternancia, sino de la pluralidad política. Nadie va a ganar con 60 por ciento de los votos y tenemos que aprender a vivir en esta condición propia de la democracia. Se requiere construir consensos. La democracia es una forma de gobierno en la que nadie se lleva todo; el riesgo es que ante esa realidad se quiera actuar con autoritarismo, volviendo a tener condiciones de gobernanza que ya no existen en el País.