‘The Good Fight’: Sí que ha dado una buena pelea

Usted está aquí

‘The Good Fight’: Sí que ha dado una buena pelea

Recién se estrenó la segunda temporada de “The Good Fight”, el spin-off de la premiada “The Good Wife”, que nos presentó durante siete años la vida de una abogada que debe regresar a ejercer su profesión después de que su esposo, fiscal del estado, es descubierto en un escándalo de prostitutas.

La serie producida por los cineasta Ridley y Tony Scott (este último fallecido en 2012), y creada por Michelle y Robert King, fue decayendo con el paso de las temporadas, por eso, creo, parecía difícil lanzar un nuevo proyecto ambientado en el mismo escenario y con un espíritu muy similar.

Pero aquí estamos, un año después, viendo que “The Good Fight” está recorriendo su propio camino y que bastante bien se ha deslindado de la figura de Julianna Margulies, la protagonista de la serie anterior.

Ahora toca el turno de brillar a Diane Lockhart (Christine Baranski). En la primera temporada, Diane renuncia a su buffet de abogados porque tiene planeado retirarse. Pero un fraude millonario de quien manejaba sus fondos para el retiro la deja a ella y a otros miles en bancarrota. Entonces debe comenzar de nuevo en otro buffet, uno que es reconocido porque sus socios son afroamericanos. 

Otras dos abogadas son muy importantes en la historia: Maia Rindell (Rose Leslie) y Lucca Quinn (Cush Jumbo). Las tres protagonistas representan las tres edades en la abogacía.

Diane es la experiencia andando, Lucca (también personaje de “The Good Wife”) es la abogada que está por llegar a su mejor momento, mientras que Maia comienza a ejercer y tiene que aprender de la peor manera.

Lo que me parece interesante de “The Good Fight” es que recupera el primer objetivo de la serie original. Se trata de historias sobre casos y juzgados, pero también sobre la necesidad de volver a empezar, de caer hasta el fondo y luego levantarse.

Otro de sus logros es intentar seguirle el ritmo a la agenda política actual de Estados Unidos. Aunque con algo de ironía, la serie hace referencias constantes al gobierno de Donald Trump y le sigue la pista a otros escándalos políticos reales para interpretarlos en la ficción.

En la segunda temporada, Maia es acusada de ser cómplice de su padre, quien huye de la justicia. Lucca, como su abogada, deberá prepararse para un juicio muy complicado. Mientras que Diane… bueeeeno, comienza con una cara de sorpresa al encontrar a Howard Lyman ¡como juez en uno de sus casos!

“The Good Fight” me gusta. Ya no luchará por premios, pero eso no le quita que siga siendo tan entretenida como “The Good Wife”, incluso más ahora que está en la frescura de las primeras temporadas. Una serie muy recomendable para los fans del género de abogados.