Cura del Vaticano se declara culpable de delitos de pedofilia

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Cura del Vaticano se declara culpable de delitos de pedofilia

Un sacerdote que cumplía altas funciones en el Vaticano negoció un acuerdo de culpabilidad por acoso sexual y posesión de pornografía infantil. Foto: Internet
Según registros de la Policía, el sacerdote había sido denunciado por obscenidad en 1991 y por abuso sexual el 2004.

Un sacerdote que cumplía altas funciones en el Vaticano negoció un acuerdo de culpabilidad por acoso sexual y posesión de pornografía infantil, informaron hoy medios italianos.

La portavoz del Vaticano Paloma Garcia Ovejero confirmó hoy a dpa que Amenta renunció "hace pocos días" como juez del Tribunal de la Rota Romana, la corte de apelación de la Santa Sede.

Monseñor Pietro Amenta, de 55 años, aceptó una condena en suspenso de 14 meses dictada por un juez en Roma, informaron los diarios "La Stampa" e "Il Messagero" en los últimos días.

Ambos diarios señalaron que Amenta fue detenido en la calle por la Policía de Roma en abril pasado, después de que un joven le dijera que había sido acosado por el prelado.

Un día después, la Policía encontró 80 imágenes pornográficas de niños en la computadora de Amenta.

Según registros de la Policía, el sacerdote había sido denunciado por obscenidad en 1991 y por abuso sexual el 2004. En 2013, había dicho a la Policía que dos transexuales le habían robado.

El caso ocurre en medio de nuevas críticas contra el Vaticano por supuestamente encubrir los abusos cometidos por sacerdotes durante décadas.

El sábado pasado, el papa Francisco reactivó la Comisión Pontificia para la Protección de Menores (CPPM) a fin de prevenir los abusos sexuales a menores y la atención a las víctimas. La comisión retomará su trabajo de nuevo bajo la presidencia del cardenal Sean O'Malley, arzobispo de Boston, y contará con 16 miembros, entre ellos nueve recién nombrados.

Ese mismo día, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, tomó declaración a Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de abusos sexuales cometidas por el sacerdote chileno Fernando Karadima, a quien la Santa Sede acusó de haber abusado sexualmente de menores, sentenciándolo a un retiro de por vida de sus funciones.