Con varias sorpresas para sus fans mexicanos, la gira “Lo Niego Todo” de Joaquín Sabina tocó tierra en suelo azteca. Luego de posponer su primer concierto en Querétaro por motivos de salud, su presentación en Guadalajara este sábado pasado fue todo un éxito.

Ahora le toca el turno a Monterrey, que celebrará los 69 años del cantante un día después de su arribo a esta interesante edad.

Los “sabineros” de México pueden considerarse afortunados, ya que “El Flaco de Úbeda” decidió festejarse  actuando para ellos, como parte de la gira que promociona su más reciente producción.

Este martes será su concierto en la Arena Monterrey, el segundo de su gira por el país y cabe destacar la importancia que quizás tenga la capital regia en la vida del maestro:

“Joaquín Sabina, 19 días y 500 noches”, el documental del cineasta holandés Ramón Gieling que viera la luz en 2008, recoge las andanzas del ídolo a través del testimonio de varios de sus allegados, entre ellos la joven Beatriz Montemayor, regiomontana que narra cómo fue que conoció a Sabina en una ocasión que “el flaco” visitó la ciudad norteña como parte de una gira.

Ella detalla que era su entonces novio quien realmente admiraba al cantautor español y que, gracias a él, fue que ella se adentró al mundo de la música y poesía sabinera… hasta que tuvo oportunidad de conocerlo en persona.

Beatriz comenta que era una estudiante de licenciatura cuando se enamoró materialmente de Joaquín Sabina, al grado de que su relación fue totalmente eclipsada.

Beatriz cuenta una ocasión en que su padre fue a buscarla al hotel del cantante. Aun así, y pese a todo, ella fue a visitarlo a España y formó parte de su círculo de amigos.

En el minuto 20 del documental es en el que podemos conocer la entrevista que le realiza Gieling a Montemayor.

Todo esto tiene similitud con lo narrado por el mismo Sabina en su biografía “Sabina, En carne viva”, de J. Menéndez Flores (2006) cuando en el capítulo “Un paréntesis por los pelos de Úbeda”, narra cómo fue que se “enredó” con una “menor” regia.

El flaco explica que él se encontraba en Monterrey, un lugar donde la gente “va con sombreros a lo John Wayne y se come carne”, y que tuvo allí una “novia muy peligrosa”, ya que además de ser menor de edad, ella y una amiga se las habían ingeniado para llegar hasta el undécimo piso en el que se encontraba en ese entonces, narra que eran las cuatro de la madrugada cuando llamaron a su puerta y él abrió, viendo a dos adolescentes muy “chavelas”, por lo que no quiso “tirarse a esas chicas tan jóvenes”, algo que él agradece a “una diosa” que lo vino a salvar, ya que a la media hora llegaron los padres de las jóvenes hasta la puerta de su aposento, y asegura estar vivo porque “lo pillaron vestido”, además de terminar bebiendo unos tequilas.

Sabina nunca menciona el nombre de la chica ya que refiere es “muy conocida”  y explica cómo luego que volvió a tocar en Monterrey y estar con las maletas en el loby de un hotel se encontró allí a Beatriz, temerosa de sus padres, pues la habían mandado a un internado en Estados Unidos del que se había fugado para verlo, tan pronto supo que actuaría en Monterrey,

Aprovechando que Fito Páez estaría cantando en Guadalajara, le propuso a Beatriz tomar un vuelo juntos e ir a verle, ya que el pánico a que sus padres los descubrieran no le permitía permanecer con ella en Monterrey, y así lo hicieron, es así como a partir de ese viaje surge la idea de la producción “Enemigos Íntimos”, en la cual Joaquín Sabina y Fito Páez deleitarían a sus respectivos fans con una selección muy ad hoc de melodías.

Luego, asegura Sabina, que la siguió viendo en Madrid, ya que posteriormente ella radicaría en la Madre Patria, como hasta la fecha.

Así es como el flaco de Úbeda le debe algo a Monterrey, y estemos pendientes, ¿acaso encontrará una nueva musa regia como Beatriz?