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Don Ramón lo que quiere es ‘nivelarse’ y devolver el favor
Después de que una foto de don Ramón, en la que aparece velando en soledad a su esposa en una de las capillas del DIF se hiciera viral; cientos de personas acudieran a lugar para acompañarlo y apoyarle económicamente. Don Ramón agradece profundamente ese gesto y dice que sólo quiere “nivelarse”, económicamente para apoyar a las personas que cuidan y esperan a un familiar enfermo, en los pasillos de los hospitales.
Además busca apoyo para sacar adelante a su hijo “Ramoncito”, que sufre constantemente ataques epilépticos y una discapacidad intelectual.
“No sabe comprender la situación de los demás. Así somos los seres humanos”,
Ramón Cibrián Casas se encontraba en la tienda que atendía doña Mary. Este negocio ahora será el sustento de la familia. El lugar luce vacío y con muy poca mercancía. Él comenzará a vender parte de las despensas que la gente le ha regalado estos días, para sacar algo de dinero.
Dijo que espera nivelarse económicamente para ayudar a las personas de los hospitales. Platica que durante el mes que doña Mary estuvo hospitalizada, a veces a él no le alcanzaba para la combi. Ahora pide ayuda para sacar adelante a su hijo.
Ramoncito no sabe leer ni escribir. Una de las tantas personas que se le acercó a don Ramón le dijo que iban a darle una beca para ver si puede aprender algo.
“Tiene 33 años que siempre ha estado en la casa. No jala para nada. Le dan ataques epilépticos. No sabe leer ni escribir. Quiero mejorar la tienda para que se ponga de perdido a atender aquí. Es lo que le dejó su mamá”, dijo el hombre detrás del mostrador.
Don Ramón se dedica a la obra y hace 40 años conoció a Mary, en el Tunal. Se vinieron a trabajar: ella limpiaba la casa de un “licenciado” y él trabajaba como albañil, durante mucho tiempo. Con el sueldo, doña Mary pudo construir la casa y poner la pequeña tienda de abarrotes.
UNA ENORME GRATITUD
Don Ramón agradeció toda la ayuda e indica que la situación de los hospitales es muy grave y las personas que esperan a sus familiares, a veces son las que sufren más.
“Estoy muy agradecido con todos. Si me dieron la mano cuando más lo necesitaba. En estos casos uno necesita mucha ayuda. Sobre todo a Sandra y a Laura.
“Yo me quedaba todo el día. Ya estaba perdiendo mucho peso. Hay muchas situaciones. La vida no es nada más vivir por vivir. La gente ahí no come. No duerme y luego está ahí con el paciente. Se me hace que el que espera es el que más sufre.
“Primeramente Dios vamos a nivelarnos tantito para darnos una vuelta por los hospitales. De perdido platicar. Ahí siempre se necesita mucho el pañal y el rollo. Hay que ayudar.