Uno de los que buscan ser el futuro Presidente de México propone establecer el “salario universal”. Otro afirma que eliminará la pobreza del  mexicano. Uno se refiere a la pobreza económica el otro probablemente también. Por otro lado, VANGUARDIA publicó el día de ayer, los resultados académicos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) de la prueba Planea 2017 que nos revela una pobreza presente y futura.

Por un  lado, los políticos presentan sus sueños de prosperidad futura. Por otro lado el INEF presenta la realidad de un presente educativo tan deteriorado que no ofrece una sólida esperanza para que el País salga de su pobreza.

La evaluación presenta una condición de miseria en Matemáticas para los alumnos de secundaria: el 61.1 (las dos terceras partes), salen reprobados con un dominio insuficiente para operar las cantidades y consecuentemente en su competencia para cuantificar, analizar y decidir. No han sido capacitados para razonar de manera eficiente los números y las cantidades. En Lenguaje y Comunicación, el 67.8 apenas logran un conocimiento básico o sea que apenas comprenden el significado de lo que leen y reflexionan lo que hablan o escuchan.

Estos resultados anuncian una miseria educativa y educadora para el futuro del país y su competividad internacional no solo comercial, sino artística, productiva cultural, etcétera. El inmenso presupuesto invertido en educación no alivia la pobreza. Hay algo peor: nuestros jóvenes están siendo preparados para ser pobres y multiplicar la pobreza.

Hay una causa encubierta que genera esta miseria académica: la familia. Ordinariamente las causas de la ineficiencia de la educación son atribuidas a los maestros, a la didáctica anacrónica, a la codicia de los sindicatos, pero nunca se incluye a la familia y a la comunidad que son los otros agentes educadores.

Los padres son los principales responsables del éxito académico de sus hijos. Sin embargo, en su orden de prioridades otros factores ocupan sus principales preocupaciones y no llevan a cabo su responsabilidad de la evaluación del aprendizaje semanario de sus hijos, la revisión del cumplimiento de sus tareas, la exigencia y disciplina que requiere cada asignatura. Más aún, consideran que satisfacen su responsabilidad con llevar y traer a sus hijos de la escuela, y que el aprendizaje se da en automático.

Esta irresponsabilidad escolar de los padres tiene a su vez otras causas: 1) El Sistema de Educación se ha adjudicado el monopolio educativo y no se ha preocupado como en otros países de integrar a los padres al proceso de educar en  la casa,  ni les dan herramientas ni formas de hacerlo. Los padres de familia son considerados unos meros satélites de la educación y solamente aquellos que perciben las consecuencias futuras de su pasividad son los que rompen este monopolio y se involucran con su tiempo.

2) El modelo económico que padece la sociedad exige que los padres y madres estén ausentes del proceso educativo por tener que estar presentes más de 10 horas diarias en su trabajo para que sus hijos tengan el pan de cada dia. Las condiciones laborales y económicas exigen los salarios de ambos padres y su tiempo para satisfacer las necesidades básicas familiares. El tiempo educativo familiar hoy se invierte en el tiempo laboral. El 15% de los alumnos que tienen calificación satisfactoria equivale al 15% de padres que tienen el  privilegio de no trabajar de empleados u obreros. No se asuste usted de la miseria escolar, tiene una causa estructural muy visible aunque pase desapercibida.