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Vimos "La Forma del Agua" y simplemente nos pareció genial
Calificación: 10 de diez
La energía que da forma a esta película es el amor. Sí, el de la historia central de sus dos protagonistas. Pero más allá el de su director, el mexicano Guillermo del Toro; amor por los monstruos clásicos, por las historias poco convencionales y por todos sus personajes. Ese sentimiento se siente en cada escena y cada toma, como la fuerza que motiva a sus héroes, pero también a este Doctor Frankenstein de Guadalajara, que arma, lleno de pasión y con las piezas más inusuales, un enorme monstruo de belleza inigualable. El más hermoso de todos los que han salido de la cabeza de uno de los directores más creativos que ha dado nuestro país. “La Forma del Agua” (“The Shape of Water”) es una historia conmovedora que además contiene temas relevantes para la sociedad actual, repleta de increíbles actuaciones y una ambientación y música excelentes.
Ubicada en la década de los 60, en un laboratorio secreto del gobierno estadounidense, cuenta la historia de una mujer muda, Elisa Esposito (Sally Hawkins), quien trabaja en la limpieza de este lugar. Sus únicos amigos son un vecino homosexual y una compañera de trabajo, pero ella se siente sola y añora encontrar una conexión sentimentalmente profunda con alguien más. La situación cambia cuando llevan a su trabajo una extraña creatura acuática traída de algún lugar de Sudamérica. La intención de los científicos es estudiarla, para tratar de ganarle a los rusos en la carrera por llegar al espacio, sin preocuparse en lo más mínimo por su bienestar, por no considerarlo humano. Elisa encuentra en este ser, también sin voz, la tan ansiada conexión con el otro y hará todo lo posible por permanecer a su lado a pesar de las circunstancias.
Esta es la versión romántica de “Creature From the Black Lagoon” (1954), donde el monstruo, en lugar de ser una amenaza, es un ser incomprendido atrapado en un mundo que parece sólo hacerle daño. El verdadero antagonista aquí es la intolerancia y el miedo hacia lo diferente, hacia el otro. Bajo este sólido argumento Del Toro nos presenta a sus entrañables personajes. La increíble Sally Hawkins en una espectacular actuación casi sin diálogos, que es la personificación misma de los que carecen de voz y son ignorados. Su vecino, Giles (Richard Jenkins), un hombre gay que tampoco encuentra su lugar. La compañera de trabajo, Zelda Fuller (Octavia Spencer), quien sobrelleva la adversidad con humor. Y la creatura anfibia, quizá el mejor papel en la carrera de Doug Jones.
El trabajo de Jones y Del Toro es ya conocido. El actor ha dado vida a toda clase de creaturas en cintas del mexicano, como las dos de “Hellboy” (2004, 2008), algunos fantasmas en “Crimson Peak” (2015) y quizá la más famosa: “El Laberinto del Fauno” (2006), donde personificó al Fauno y al Hombre Pálido (ese que tiene los ojos en las manos). Aunque ha tenido diálogos, el trabajo de Jones con Del Toro es más que nada corporal. Actúa con sus gestos y movimientos, debajo de varias capas de espectacular maquillaje. Por eso “La Forma del Agua” es la cúspide de su carrera, pues su mutismo y corporalidad van mucho más allá y afectan directamente la trama. Sin palabras transmite nobleza y bondad, en el traje de un ser espantoso a la vista, volviéndolo fascinante. Este monstruo merece no sólo aplausos para el equipo técnico que le dio forma, sino para Jones, que es el alma misma.
Porque si algo nos enseña esta película es a ver lo que hay dentro. Podrá sonar a un tema convencional y gastado, pero Del Toro lo maneja con elegancia, sutileza y el toque justo de oscuridad. Tenemos a dos personajes racistas, uno de ellos el fabuloso Michael Shannon, en el papel del Coronel Richard Strickland, el villano central. Por otro, está el contexto de la cinta: La Guerra Fría, dos naciones que viven en conflicto por el terror al extranjero. Las fronteras del mundo y las fronteras personales. Todo esto se sacude con la presencia del monstruo, capaz de alterar la vida de todos los antes mencionados. Una figura, un símbolo casi, que más que una metáfora obvia, otorga a los personajes la posibilidad de sobresalir de las sombras, de enfrentarse a esos tiempos difíciles y luchar contra la incomprensión con el arma más fuerte y cursi de todas: el amor.
En teoría esta historia no debería funcionar tan bien. Si bien contiene temas político-sociales, es una cinta romántica y sencilla por donde se vea. No sólo una carta de amor a los monstruos, sino al amor mismo. Pero Del Toro crea personajes tan entrañales y nos hace pasar tan hermosas escenas con ellos, que no podemos más que quedar como la protagonista cuando ve al monstruo en su bañera. Hasta el propio personaje de Michael Shannon, quizá el único que no tiene capacidad de redención, es más que un simple villano, un ser humano incompleto, alguien que no está feliz donde está, insatisfecho con su vida. Sólo que, a diferencia del resto, él utiliza el odio y la violencia como métodos para combatir su soledad. Y ya nos imaginamos el resultado. En ese sentido la trama podría ser predecible y quizá lo sea, pero nos emociona tanto que nos absorbe y olvidamos todo. Es casi como una obra clásica, como esas que aparecen constantemente en la televisión y el cine sobre el cual vive la protagonista.
Nunca la frase “un clásico instantáneo” se pudo aplicar tan bien. Y es que además de tener un trasfondo profundo y una dirección llena de sentimiento y humanidad, técnicamente es una maravilla. La paleta de colores, entre verdes oscuros y azulados, la música original de Alexandre Desplat, que parece sacada de alguna cinta oscura del Universal de los 30’s, los movimientos de cámara y el ya mencionado maquillaje del monstruo, junto con el resto de los vestuarios y producción. Estos elementos, de forma y fondo, nos toman por completo. Estamos rodeados por todos lados de esta cinta, como de su amor. Sumergidos en el agua, pero sin ahogarnos.
El dato
> Director: Guillermo del Toro
> Elenco: Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Doug Jones, Michael Stuhlbarg, Octavia Spencer.
> Género: Drama / Ciencia ficción
> Clasificación: B15
> Duración: 123 minutos