Poemas de Sesgo

Usted está aquí

Poemas de Sesgo

Ilustración: Vanguardia/Esmirna Barrera
La saltillense Claudia Berrueto nos comparte poemas de su libro "Sesgo" (Ediciones Sin Nombre – IMC Saltillo), con el que obtuvo el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 2016
Por: CLAUDIA BERRUETO
 
I’ve been downhearted, baby,
ever since the day we met.
Leonard Feather

 

Conozco a dios
 
me hizo creer que yo podía ser la esfinge
  [de las plantas que hay en el patio
y si acudo a ellas en cuanto se me desaparece
   [un hueso
o una palabra
él me sonríe desde los tallos resecos 
sin darme lo que me hace falta
 
conozco a dios
mientras examina la debilidad de mi mente 
cuando manejo bajo la lluvia
sobre llantas lisas y frenos inexistentes
y mi cuerpo es un planeta que silba y se arrincona 
ahí está él para traerme de nuevo a casa
con debilidades renovadas
y cuando estoy en la cocina con mi aparato
  [de desconsuelo
porque veo que en las ollas todo se equivoca 
comienzo a vaciar recipientes
como cuando vacío mi alma
y ahí está sosteniendo toallas de papel 
obligándome a limpiar el minúsculo drama
  [de lo derramado
 
y en la cama
a punto de dormir
fumo y lo escucho hablar de los accidentes
  [de su infancia
 
así
recostado en su voz
se ofrece a encaminarme al fuego 
me invita a ser inerte
a vivir en el corazón de una piedra
 
conozco a dios
al principio no identifiqué sus tijeras
pero con ellas me enseñó que soy su jardín 
que puede introducirse y libar de mi cuerpo
y dejarme con el filo de estas visiones que de noche
  [afloran
para podarme
 
 
Sobre ellos
 
sobre algunos seres no pasa el tiempo
no pasó sobre los briosos animales que maté mientras revelaban su condición de familiares
[del amor
 
todavía aúllan detrás de mí por calles desiertas
me miran desde su oscuridad llegan a mi cocina
me dejan oler su sangre
Los tallos de la noche se internaron en nosotros
 
y permanecieron en su romance de arbustos
hasta dislocarse en árboles demasiado conscientes
  [de su ingeniería
atenazados por el silencio
dueños de una memoria seca que les creció
 [en el aire 
árboles enfermos que desacomodaron el dibujo
  [de las horas 
árboles enfermos amputándose de nuestro
  [organismo
árboles que no acaban de morir 
suspendidos en el cielo
Destrozo hormigas sobre la mesa
 
las froto con mis dedos hasta desintegrarlas 
pero no es completo mi alivio
no veo el desorden de su muerte
el desmantelamiento de la brevedad sobre el mantel
 
el fragor de la destrucción me llama por momentos 
cuando me descubro respirando como un mamífero 
y no como piedra
hablando como una mujer 
y no como hierba
 
cuando con mi memoria desplazada
sólo alcanzo a pertenecer al extrañamiento
  [de las aceras 
a escuchar el murmullo de mi descomposición
De noche escucho al polvo deslizarse dentro
       [de mi cabeza
y pronto huye hacia mis órganos 
los recubre
 
cuando parece calmar su oscilación 
un cuerpo palpita debajo de él
ese cuerpo es un hijo al que dejé ir
 
viejo y amargo
acomoda una silla en mi interior
y observa la declaración del paisaje incompleto
       [que he sido
 
guardado por el polvo 
en la muerte que crece v
es idéntico a su madre
 
 

Claudia Berrueto, poeta

(Saltillo, Coahuila, 1978) Licenciada en Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Coahuila. Autora de los libros En el fondo una mantarraya (2005), Polvo doméstico (Premio Nacional de Poesía Tijuana 2009), Costilla flotante. Antología personal (2013) y Sesgo (2015). Fue incluida en la Antología general de la poesía mexicana. Poesía del México actual. De la segunda mitad del siglo XX a nuestros días. En 2017 recibió el reconocimiento al Mérito Universitario por parte de la UAdeC y fue nombrada Mujer Universitaria del Año en el rubro de Expresión artística.

 

Este texto es una muestra del trabajo creativo del equipo de Redacción y colaboradores de esta casa editorial. Encuentra un nuevo texto cada semana.