Migrar, esa tragedia

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Migrar, esa tragedia

Por no tener nada, los migrantes lo abandonan todo.

Son muchos, es bastante la gente  que ahora  está comprendiendo lo que significa migrar. En Saltillo hemos sido testigos de la tragedia de la migración gracias a la llegada de don Raúl Vera; en 2001 los asesinatos salvajes a balazos de jóvenes hondureños y otro a pedradas, implicó el despertar  de la sociedad saltillense, entonces apareció el terror ¿cómo era posible tanta atrocidad, tanta cobardía? 

Los migrantes fueron señalados con el dedo flamígero de la sociedad saltillense, porque el escándalo  y el rechazo hacia ellos cundió: ¿“a qué han venido?, sólo están aquí para perturbar la paz. ¡Fuera!”; entonces los saltillenses se sentían tranquilos no había nada que perturbara a esta ciudad.

Ellos, los migrantes fueron vistos como nómadas, gente sin derechos ni poder y entonces Belén, la Posada del Migrante, los recibió y se vio repleta de nuevos lenguajes y costumbres, de cantos de esperanza y de sueños, Belén abrió sus puertas a la vida, sí, allí los migrantes tienen servicio médico, alimentos, agua para lavarse, para pasar de la violencia a la paz.

Los migrantes centroamericanos, caminan miles de kilómetros y pugnan por su emancipación, por construir otro modelo de vida, sin desigualdad, sin discriminación ni violencia y tras arriesgar sus vidas a través de un viaje largo y peligroso viéndose obligados a abandonar su tierra a causa de la persecución, la pobreza y la degradación ambiental, están dispuestos a soportar el cansancio y el sufrimiento, a afrontar las alambradas y los muros que se alzan para alejarlos de su destino.   

 La Posada del Migrante se  convierte socialmente en una propuesta y vivencia fraterna, una actitud de solidaridad radical que los acompañará más allá del Río Bravo y de la frontera norte. Actitud de la que nadie los despojará, pues sentirán que en su caminar se integrará como pieza clave su identidad como migrantes.   

Belén, Posada del Migrante cumplió 15 años, nació en 2001 y entonces encontró sólo hostilidad pero tres grandes mujeres, Lupita Lule, Martha Molina y Lupita Argüello, genios femeninos de lucha, se comprometieron con el proyecto abordando con profesionalismo las múltiples vertientes de la migración y así sufrieron noches de insomnio, la expulsión y la criminalización de los vecinos en la lucha por los indocumentados.

Por Belén han pasado miles de migrantes niños y niñas mujeres y hombres centroamericanos y hasta asiáticos y ahí han encontrado la generosidad de profesionistas, médicos, psicólogos, organizaciones civiles, estudiantes voluntarios saltillenses, mexicanos y extranjeros que los han apoyado incondicionalmente en sus necesidades.

¿Qué es lo que hace emigrar a las personas de su lugar de nacimiento? Es el anhelo de una vida mejor a lo que se une en muchas ocasiones el deseo de querer dejar atrás la “desesperación” de un futuro imposible de construir. Se ponen en camino para reunirse con sus familias, para encontrar mejores oportunidades de trabajo o de educación: quien no puede disfrutar de estos derechos, no puede vivir en paz (Papa Francisco).    

La perseverancia de los fundadores de la Posada del Migrante es admirable, ahora es internacionalmente conocida por su lucha social, su presencia en los tribunales de justicia, por sus defensorías de los derechos humanos para quienes buscan una nueva patria.

A todo el equipo de defensores de los derechos humanos de los migrantes de Belén Posada del migrante, felicitaciones por estos tres lustros de invaluable experiencia y trabajo por una nueva humanidad.