Un asesinato en un pequeño billar de Torreón durante la final del Santos contra Pachuca en el Estadio Corona es el punto de partida del misterio que rodea a Huesos de San Lorenzo, novela de Vicente Alfonso (Torreón, Coah., 1977).

 

Pero en las primeras páginas, el lector se encuentra con una función circense en un pueblo polvoriento de Parras: un mago, una niña prestidigitadora y un escapista son el atractivo. ¿Qué relación tienen con el asesinato de Farid Sabag?

El autor teje más historias: la de Rómulo y Remo (gemelos con personalidades opuestas; el tímido y el extrovertido), el periodista que busca a la niña milagrosa de Paras, el homicidio, la guerrilla de los 70 en Sinaloa.
 

Con diversos recursos narrativos y una gran maestría del ritmo y el suspenso, Vicente Alfonso nos lleva a una revelación: Remo confiesa a su psicólogo que es el asesino, pero ¿es verdad o encubre a su hermano o es una broma macabra como la que jugaban de niños?

 

La tensión se mantiene hasta la última página e incluso después nos seguimos preguntando si la búsqueda de la verdad nos lleva irremediablemente a lo insensato.

La verdad, lo demuestra el autor, es de quien mejor la cuenta.