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Aval a reforma fiscal de Donald Trump asesta golpe al peso; pierde 0.62%
Donald Trump roza el mayor logro de su gestión. La aprobación de la reforma fiscal prometida por el presidente estadounidense está cerca de su adopción final en el Congreso, pese a una objeción de último minuto que retrasará la votación final para hoy.
La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, aprobó la reforma en la tarde de ayer y el Senado debía votarla anoche. Pero tres artículos menores violan algunas normas presupuestarias y la minoría demócrata enmendará el texto, que tendrá que regresar a la Cámara hoy, para su aprobación final.
El resultado debería seguir siendo el mismo: la inminente adopción de la primera gran reforma del mandato de Trump. “El tropiezo parlamentario no pone en peligro la reescritura general de la ley impuestos, pero la Cámara ahora tendrá que votar nuevamente sobre el proyecto de ley de impuestos después de que el Senado dé su aprobación”, explica The New Tork Times.
El Dato: La reforma fiscal de Donald Trump fue rechazada por todos los representantes del Partido Demócrata en la Cámara baja.
“Felicitaciones”, tuiteó el presidente de Estados Unidos poco después de que se votara en la Cámara de Representantes, y nombró a los líderes republicanos ¡que votaron para reducir sus impuestos!”.
La minoría demócrata se opone unánimemente, pero la mayoría republicana finalmente consiguió los votos después de semanas de negociaciones. Incluso se respetó el calendario inicial de aprobarla antes de fin de año. “Es el ejemplo perfecto de una promesa hecha y de una promesa cumplida”, afirmó Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes.
En el Senado, a pesar de la ausencia de John McCain, que recibe tratamiento por su cáncer cerebral, los republicanos deberían reunir los 51 votos necesarios de un total de 100 miembros.
Trump se toma venganza así de su fracaso en derogar la reforma sanitaria de su antecesor Barack Obama, conocida como Obamacare, ante la defección de senadores de su propio campo.
La reforma tributaria, la mayor en más de 30 años en la nación norteamericana, reducirá a partir de 2018 los impuestos federales sobre las empresas y sobre los ingresos, a un costo de 1.5 mil millones de dólares para las finanzas públicas en la próxima década.
Pero Trump espera que la reforma acelere la economía estadounidense, más allá del tres por ciento actual, lo que generaría nuevos ingresos fiscales. “La reforma fiscal nos llevará al tres por ciento” de crecimiento, aseguró Paul Ryan, presidente de la Cámara y defensor de la iniciativa.
El año no terminó. La reforma quería simplificar el código tributario para facilitar las declaraciones de impuestos, pero esto no se cumplió por cabildeos que lograron mantener desgravaciones fiscales como, por ejemplo, la deducción de intereses de los préstamos inmobiliarios.
Y aunque la reducción de impuestos es permanente para las empresas, sólo durará hasta 2025 para los hogares, a falta de un acuerdo a más largo plazo. El aumento del poder de compra de las familias se erosionará progresivamente en la próxima década, hasta desaparecer la mitad de ellas en 2027, según Tax Policy Center.
La aprobación de la reforma será una gran victoria política para Trump, quien confía en que los estadounidenses lo recuerden cuando vayan a votar en las legislativas de noviembre de 2018.
Por ahora son escépticos: 55 por ciento de los estadounidenses se opone a la reforma, según una encuesta publicada por CNN, y dos tercios piensan que beneficiará más a los ricos que a la clase media. “Los resultados la harán popular”, aseguró Ryan.
El texto incluye además la anulación de la multa impuesta por el Obamacare a quienes no cuenten con seguro de salud, y la apertura de tierras protegidas de Alaska a la extracción de petróleo.
Instan a EU a dejar carácter imperialista
“Instamos a Estados Unidos a que cese de deformar voluntariamente las intenciones estratégicas de China y que abandone sus conceptos ya superados, como su mentalidad de Guerra fría”, indicó ayer Hua Chunying, portavoz del ministerio chino de Exteriores, en un encuentro con la prensa, como respuesta a las estrategias de seguridad nacional de EU, que considera a Rusia y a China potencias hostiles.
En el mismo sentido se expresaron las autoridades rusas, a las que Estados Unidos acusa de interferir en sus asuntos internos. “El carácter imperialista de ese documento es evidente, tanto como el rechazo a renunciar a un mundo unipolar, un rechazo insistente”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El gobierno ruso “no puede aceptar que traten al país como una amenaza a la seguridad de Estados Unidos”, agregó Peskov.
En el texto publicado el lunes, y que define la visión que tiene Washington del mundo, los dos países aparecen como hostiles y competidores de EU.
“China y Rusia desafían el poder de Estados Unidos, su influencia y sus intereses, e intentan erosionar la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos”, reza el documento de la Casa Blanca.