Si le preguntaran qué rutinas cree usted que siguen las personas que llegan a vivir cerca de 100 años, seguramente contestaría que todas ellas siguen una dieta saludable y se ejercitan con regularidad.

Pues no. Una investigación publicada en la revista Psicogeriatría, recoge una serie de características que van más allá de la comida saludable y el ejercicio regular.

El estudio fue llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego, junto con investigadores de la Universidad La Sapienza, de Roma, quienes analizaron la salud física y mental de un grupo de personas entre 90 y 100 años, de una comunidad del sur de Italia conocida por la longevidad de sus habitantes (Cilento).

Los investigadores también encuestaron a familiares de los participantes sobre los rasgos de personalidad de los nonagenarios estudiados, la mayoría de los cuales fueron descritos como dominantes,  testarudos y con una alta capacidad para adaptarse a los cambios; comprometidos con su trabajo y muy apegados a la familia y a los rituales religiosos.

Pero quizá lo más importante declarado por sus parientes es que todos ellos seguían llevando una vida activa, incluyendo las actividades del campo.

La paradoja del envejecimiento

Los investigadores observaron que las personas de esta comunidad, se sentían felices y satisfechas con lo que tenían, mientras que los niveles de estrés y depresión tendían a 
desaparecer con los años.

En ese sentido, uno de los participantes aseguró que no sabía lo que era el estrés. “Lo que sí sé es que estamos aquí para ser felices y hacerle frente a los problemas”.

Y otro más agregó: “Cuando surge un problema siempre pienso que todo tiene solución. 
Es lo que me enseñó mi padre: Haz frente a las dificultades y siempre espera lo mejor de todo lo que hagas”, eso me dijo.

“En fin, no existe una forma única de llegar a los 90 o a los 100 años, pero los estudios han confirmado que ciertos atributos como el compromiso y la confianza en uno mismo, son muy importantes”, señaló el director de este estudio. 

“Es simple: basta con ser optimista y llevar una vida activa”, concluyó el experto.