“Haraganería y pereza de los legisladores, que prefirieron votar a favor, en lugar de buscar la manera efectiva de cuidar a la población en un sistema correcto de seguridad pública”, denunció.

Dijo, que esta ley refleja los intereses por parte de los funcionarios públicos, quienes protegerán a través del Ejército, los negocios que se harían con las riquezas de México, sin que se pueda reclamar en las calles. 

“La violencia es una política pública de gobierno, es control de población, es tener a la gente contra la pared porque detrás de eso hay todo un negocio. 

“En este momento es un negocio estar en la función pública. Es un ataque sistemático contra la población’’, dijo el obispo al citar citando a la declaración de derechos humanos del Tribunal Permanente de los Pueblos. 

Señaló que la Ley de Seguridad Interior, exhiben estrategias irresponsables que fueron reprochadas por un sin fin de organismos defensores de derechos humanos a nivel internacional. 

Dijo, que las aportaciones de las víctimas en México, ha dado una información que ha permitido hacer un diagnóstico que más allá de articulación corrupta, deja entre ver que existe una articulación criminal del Gobierno Mexicano. 

“Tenemos a nosotros a verdaderos criminales que no tienen ninguna vergüenza. Hay que tener a la Ley de Seguridad Interior como un ícono de lo que hace el gobierno mexicano. Cuántas advertencias les hicieron personas sensatas, y no hubo nada de nada. Faltó que el Arcangel Miguel viniera a decirles, y aun así no hubo nada”, expresó.

“Esta es una oportunidad que tenemos para reorganizar nosotros nuestro país, para hacer lo que queremos hacer de nuestra patria. Ya vimos a los rufianes que tenemos ahí”, puntualizó.