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Aumentó 250% consumo de alcohol entre mujeres adolescentes
En el contexto del incremento de la ingesta excesiva de alcohol en la población mexicana, el escenario es todavía más delicado entre las mujeres adolescentes, cuyos niveles de consumo aumentaron 250 por ciento en los pasados seis años, advirtió María José Martínez Ruiz, directora general técnico-normativa de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).
En entrevista con La Jornada, la funcionaria recordó que, según los datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017, en México hay un patrón de consumo excesivo de bebidas embriagantes, que significa en el caso de los hombres tomar cinco copas o más en el pasado mes, y para las mujeres la medición es de cuatro en adelante.
Entre la población de 12 a 65 años de edad hubo un incremen-to de 60.9 por ciento en la ingesta desmedida, al pasar de 12.3 por ciento en la Encodat de 2011 a 19.8 en la de los dos años pasados, lo cual es un aumento estadísticamente significativo.
Sin embargo, el alza en el consumo excesivo de alcohol es todavía más grande entre los jóvenes de 12 a 17 años, al aumentar 93 por ciento en el pasado lustro: subió de 4.3 por ciento a 8 de prevalencia.
Al desagregar más los resultados de la Encodat, Martínez Ruiz advirtió que el mayor aumento en este terreno se dio entre las mujeres adolescentes, cuyos niveles de ingesta desproporcionada subieron 250 por ciento (de 2.2 en 2011 a 7.7 en 2016), mientras los de los hombres subieron 41 por ciento (de 6.3 a 8.9).
Otro dato que llamó la atención de la especialista es que los niveles de consumo de am-bos sexos entre los adolescentes cada vez se iguala más, al contrario de lo que ocurre con la población general, donde los hombres todavía sobrepasan a las mujeres por casi 200 por ciento.
Para la funcionaria, las razones de que las adolescentes beban cada vez más alcohol de forma excesiva son multifactoriales y dependen de cada caso particular, pero entre ellas se puede mencionar la baja autoestima, la depresión o el haber sufrido un hecho traumático –como abuso físico o sexual–, así como vivir en un ambiente familiar violento o de adicciones.
De igual forma, consideró, tiene que ver el cambio en los roles de género en los pasados 40 años, donde muchas mujeres ven en el consumo de alcohol una forma de sentirse más liberales e independientes, o lo asocian con la diversión, la aceptación social y el relajamiento que necesitan por haber ingresado en el mundo laboral.
Uno de los grandes conflictos con respecto al alcoholismo en las mujeres, aseveró, es que ellas sufren una estigmatización social mayor a la de los hombres por tener una adicción, lo cual lleva a muchas a ocultar su condición y no buscar ayuda.
Una mujer con adicción al alcohol es vista como una mala madre, mala esposa y estos factores obstaculizan que puedan ser detectadas de manera oportuna y reciban atención. Hay que contar con tratamientos específicos, sensibles y con perspectiva de género para las adolescentes y adultas, señaló Martínez Ruiz.