Cuando fui voluntaria del albergue Prodebida, tuve que ver muchas veces la misma escena... El perrit@ que días antes había sido dado en adopción a una "familia responsable" era devuelto nuevamente al albergue por esa misma familia.

Para nosotros como voluntarios era un golpe duro. Ese lugar que había dejado el peludo para otro animalito rescatado tenía que ser compartido ahora para dos.

Pero eso no es nada comparado con el dolor que se le veía al peludito. Salir del albergue, estar en una camita caliente, tener sus tres comidas al día, amor para el solito, una familia que lo acogió en su hogar y de repente ¡plop!... Toda esa maravillosa vida que con tanto anhelo había esperado solo le había durado lo suficiente como para enamorarse de esa familia y de un momento a otro no volverla a ver jamás.

Adoptar no es un juego de niños, no es un tema de moda, ni de cubrir vacíos, ni de cumplir caprichos a los niños y regalárselos en Navidad, o en su cumpleaños.

Adoptar, amar y respetar

Adoptar, es más que eso, es la mejor oportunidad de invitar a vivir a tu casa y a tu familia a un perrit@ o gatit@, y darte cuenta de los seres tan maravillosos que son y del amor que por muchos años te regalarán.

Adoptar también es un compromiso de por vida, así que tienes que estar completamente segur@ de esta decisión. Debes saber que si lo adoptas cachorro será muy juguetón, querrá morder tus zapatos, y cuánto se le atraviese por el camino, si por el contrario, es un perrito adolescente querrá marcar territorio con su pis por todas partes, mientras le enseñas el lugar correcto.

Segunda oportunidad

Una de las ventajas de adoptar directamente con un albergue es que siempre te darán la información adecuada y te lo entregarán vacunado, desparasitado, esterilizado y bañado.

Es por eso que los refugios son tan exigentes a la hora del proceso de adopción.

Ellos tienen que tener la certeza de que sus perritos rescatados vayan a un hogar donde sean queridos, respetados, cuidados, y que además tenga un lugar espacioso donde pueda correr, jugar, caminar, que pueda tener un sitio adecuado donde comer, tomar agua y otro donde pueda hacer pis y po.

Se hacen visitas domiciliarias, y se cobra una cuota de recuperación, cuota qué sirve para vacunar, desparacitar y esterilizar a otro peludito que gracias a los voluntarios va a tener la fortuna de ser rescatado.

Piénsalo bien. Y si ya lo decidiste, adopta y dale una segunda oportunidad al que va llegar a tu casa y al que va a llegar al albergue a ocupar su lugar.

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