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'Es una locura pensar que estoy en la ruina': Boris Becker
Boris Becker ha sido el tenista más famoso que haya tenido Alemania en su historia. El tenista, que cumplirá 50 años el próximo día 22 de noviembre, ganó seis torneos de Grand Slam –Wimbledon en 1985, 1986 y 1989, el Abierto de Australia en 1991 y 1996, y el Abierto de los Estados Unidos de 1989– y alcanzó 10 finales y 18 semifinales, tres de ellas en Roland Garros. Llegó a ser número uno de la ATP durante 12 semanas en 1991 y se calcula que acumuló una fortuna de más de 100 millones de euros en premios y patrocinios. Pero el 21 de junio de 2017, ni su fabulosa carrera deportiva, ni su trabajo como comentarista en la cadena británica BBC, ni sus años como entrenador de Novak Djokovic, sirvieron para evitar que un tribunal de Londres le declarara en bancarrota.
Desde ese día la prensa mundial, y muy especialmente la alemana, se pregunta sin obtener respuestas claras, qué errores cometió el excampeón para dilapidar su fortuna y sumar deudas que sobrepasan los 40 millones de euros. Al poco tiempo de conocer la sentencia del tribunal de Londres, Boris Becker aceptó una entrevista del periódico alemán Süddeutsche Zeitung. En ella afirmó “No estoy en bancarrota como dictaminó el tribunal de Londres, ni tampoco soy insolvente”.
A pesar de este fallido intento por limpiar su nombre y demostrar a su país y al mundo que seguía siendo un hombre rico, el estigma de la ruina ha acompañado en estos cuatro meses al tenista. Este verano se dejó fotografiar junto a su esposa Lilly en Ibiza, en un intento de demostrar que su tren de vida no había sufrido cambios. La revista Stern le dedicó una portada y un exhaustivo reportaje que examinaba su vida de empresario fracasado. El propio Becker tuvo que admitir hace un par de meses, que las autoridades de Londres habían requisado algunos de sus coches, relojes y que ya no tenía acceso a sus cuentas bancarias.
Pero a pesar de las noticias negativas que marcan su vida cotidiana, el pasado fin de semana Boris Becker volvió a negar la mayor. Para hacerlo recurrió, en esta ocasión, al periódico suizo Neuer Zürcher Zeitung. En sus páginas volvió a decir que no era cierto que se hubiera quedado sin dinero y que todavía está en condiciones de pagar sus deudas: “Es una locura pensar que estoy en la ruina”, manifestó Becker al citado periódico a pesar de admitir que desde el pasado 21 de junio legalmente se encuentra en bancarrota.
Según Becker, el problema nació cuando el banco privado, Arbuthnot Latham & Co, de Londres le exigió el pago de 3,5 millones de euros más intereses por una deuda contraída por una rehipoteca sobre su casa de Mallorca. Boris Becker reconoció la deuda, pero se negó a pagar los intereses, y su decisión provocó que el litigio acabará en una corte de Londres. La situación del extenista empeoró aún más cuando Hans-Dieter Cleven, exsocio de Becker, envió un comunicado a la prensa alemana en el que informaba de que le reclamaba el pago de 40 millones de francos suizos (unos 36,5 millones de euros). “Después de que se hiciese pública la reciente decisión de un tribunal de Londres de declarar a Boris Becker en quiebra, su exsocio, el empresario Hans-Dieter Clever, se vio en la obligación de hacer valer sus derechos en este proceso”, señalaba el comunicado que envió y firmaba el gabinete de abogados GHM Partners.
Una multimillonaria deuda que los abogados del tenista calificaron de “jugada sucia”, y que se remonta a 2011, momento en el que el empresario suizo empezó a prestar dinero a su socio y que este se comprometió a devolver en diferentes plazos que nunca ha cumplido. Boris Becker también niega la existencia de esta deuda en sus declaraciones al Neue Zürcher Zeitung: “No le debo dinero al señor Cleven”, ha dicho el exjugador que recuerda que en primera instancia un tribunal suizo ha rechazado la demanda del empresario. “El hecho es que en este momento el señor Cleven me debe 90.000 francos por los costes del proceso. Todo lo demás son tonterías”.
En la larga entrevista que publicó el periódico suizo, Boris Becker también se permitió alardear sobre su situación económica. “Tengo un gran número de ofertas de contratos de publicidad sobre mi escritorio. Si alguien está buscando publicidad contratan a Boris Becker. El nombre Boris Becker sigue caliente”, afirma el excampeón.
Y para no salirse del terreno en el que demostró su valía recurre al tenis para explicar su situación: “Yo he ganado el primer set. Ahora estamos jugando el segundo, acabo de romperle el servicio al adversario y ahora ataco”, afirma. Aunque, haga el símil que haga, a su realidad le puso nombre un tribunal londinense el pasado 21 de junio y él, en ningún momento, ha explicado los motivos por los que solicitó un crédito de 3,5 millones de euros a un banco de Londres si su economía es tan boyante como se empeña en publicitar.