Se ha concluido el caso con una condena de cadena perpetua a un ex instructor de fitness galés que ha masacrado a su hija adoptiva de solo 18 meses.

Según el tribunal de Cardiff, Matthe Scully-Hicks, de treinta un años, en mayo de 2016 ha tomado a su hija Elsie y repetidamente le ha golpeado la cabeza contra la pared. La niña ha muerto cuatro días después en el hospital. En la autopsia se encontró tres hemorragias cerebrales, una hemorragia en la retina, fracturas múltiples en el cráneo y diversas costillas rotas.

Scully-Hicks había adoptado oficialmente a Elsie solo dos semanas antes junto a su esposo, pero la pequeña había sido confiada a la pareja durante ocho meses. En ese tiempo, la niña había estado varias veces en el hospital por un par de “accidentes” que, según los investigadores, fueron procurados siempre por el ex instructor: en uno Elsie se rompió una pierna, en otra circunstancia el hombre la arrojó por las escaleras.

El hombre de 31 años dejó el trabajo para dedicarse de tiempo completo a la hija adoptiva, mientras su pareja iba a trabajar. Una situación que, según los testimonios, lo había exasperado. Más de una vez los vecinos lo habían escuchado atacar verbalmente a la pequeña, utilizando términos pesadamente vulgares.

Según la reconstrucción del periódico británico The Guardian, los servicios sociales visitaban a la pareja regularmente. Sin embargo, nadie se ha dado cuenta de la violencia perpetrada contra un ser indefenso y vulnerable, como ha dicho el juez que lo ha condenado.

En el Reino Unido se preguntan: ¿Cómo es posible que una bebe, que se le quitó a su mamá toxico dependiente, ha podido terminar en la manos de este hombre?

Con nformación de The Guardian