MONTERREY.- Rayados derrumbó un gran obstáculo y dejó en claro que ni América ni ningún otro candidato está por encima de sus atributos.

Un Monterrey impecable, incluso con un hombre menos en gran parte del segundo tiempo, se impuso con justicia 2-0 a las Águilas, alcanzó los 33 puntos y se perfila con cerrar en la cima del torneo de cara a Liguilla.

Porque si había un equipo que le podía competir por la posición de privilegio era América, que no sólo se llevó una derrota a cuestas, sino que también cedió el segundo lugar con el que llegó al BBVA Bancomer.

El equipo de Miguel Herrera, con 26 unidades, cayó al cuarto lugar, después de los triunfos de Tigres (28) y León (26) en la jornada sabatina.

Ahora, el único que está en condiciones de discutirle el primer lugar a Rayados es, precisamente, Tigres, que al igual que Rayados tiene un partido menos, y ambos se enfrentarán casualmente en la última fecha dentro de algunas semanas.

Además, Rayados se encamina a superar los 37 puntos que también con Mohamed,  logró en el Clausura 2016, cuando también arrasó con una brillante productividad.

Frente al América, el Monterrey jugó un primer tiempo de gran altura donde marcó la diferencia y, luego, en el complemento ya con uno menos por la expulsión de Neri Cardozo, controló a un rival sin ideas y sin fuerza colectiva para recuperarse.

En esa estupenda primera parte, Rayados impuso condiciones desde la cobertura de espacios, desde la marca segura, desde el toque corto y desde la dinámica.

Un dinamismo que tuvo en Neri Cardozo a su hombre más preponderante. El argentino, como en los viejos tiempos, fue el abanderado de la causa Rayados.

No sólo por su incansable cuota de sacrificio para patrullar la zona media, sino por sus asistencias e inteligencia para leer el partido. Además, piso el área con mucha frecuencia y fue factor para romper el partido con un derechazo que dejó sin respuestas a Marchesín al minuto 27.

Fue un gol que le rindió tributo a la fórmula del éxito, esa que es letal a campo abierto. Cardozo inició el contragolpe y lo definió, después de algunos desaciertos defensivos de las Águilas.

América fue un equipo irresoluto y se apoyó sólo en la individualidad de Darwin Quintero. Quizás un canal insuficiente para hacerle partido a un rival más firme y de amplios recursos para mantenerse a flote y con ventaja en el juego.

Sobre los 45’, una falta de Bruno Valdéz a Dorlan Pablón en el área fue el preámbulo del 2-0, cuando luego Avilés Hurtado, de penalti, clavó el 2-0 a esas alturas, merecidísimo.

En la segunda mitad, una jugada peligrosa acabó en roja para Cardozo, pero no terminó mal para Rayados, que supo cómo defenderse y orillar a la impotencia a un América desabrido.