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En medio de la crisis catalana, España festeja su Fiesta Nacional
"Si no quieren ser españoles, ¡que se busquen una isla para vivir! Pero España es España". Mientras agita con la mano una banderita española, María Ángeles critica a los separatistas catalanes sin quitar ojo a sus nietos, que juegan a su alrededor con banderas idénticas al son de las marchas militares.
Han acudido en familia al desfile militar de la Fiesta Nacional, que este año se celebra en Madrid en medio de la crisis abierta con Cataluña. "Los catalanes tienen que saber que podemos tener distintas ideologías, pero todos somos españoles", continúa la mujer.
Como ella, son muchos los que desde el centro de la capital española, en el conocido Paseo de la Castellana, quieren alanzar un mensaje al independentismo catalán. "¡No se van a salir con la suya!", exclama Alberto, un joven de 18 años que pasea con una caña de pescar al hombro, a la que ha atado una gran bandera española.
Todos los asistentes están de acuerdo: hay más gente que cualquier otro 12 de octubre y, sobre todo, más banderas. Banderas en los balcones, sobre los hombros de jóvenes y mayores, pintadas en los rostros de adolescentes, en camisas, camisetas, gorras, llaveros y hasta en alguna que otra correa para pasear al perro.
"Los independentistas quieren destruir nuestros símbolos", dice a dpa Rafa, un informático de 43 años, en alusión a la bandera rojigualda de España, asociada todavía por algunos sectores a la dictadura franquista (1939-1945) y a la derecha.
"Las hemos comprado especialmente para la ocasión", aseveran con una sonrisa dos parejas de amigos que asisten al desfile militar por primera vez porque les "apetecía apoyar la unidad de España”.
Como ellos, son muchos los que se estrenan en la Fiesta Nacional. "No pude ir a la manifestación que hubo el 8 de octubre a favor de la unidad de España, así que quería estar hoy aquí, nunca había venido", dice María José, de 28 años y miembro de las Nuevas Generaciones del conservador Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy.
"Amamos a España y a la Guardia Civil", aseguran a unos metros Manuel y Paz, un matrimonio de 71 y 76 años.
Mientras un grupo de marines desfila frente al emblemático estadio de fútbol Santiago Bernabéu, el del Real Madrid, parejas, familias enteras y grupos de amigos estiran sus cuellos en los laterales para tratar de ver algo. "Ahora está pasando la Infantería de Marina", le dice, en última fila, un hombre a su mujer, quien no consigue ver lo que ocurre tras la "barrera" humana que tiene ante ella.
Los más osados se suben a los árboles o a las paradas de los autobuses, convertidas en gradas provisionales. "¡Viva España!", se desgañita un joven encaramado a un árbol.
También hay turistas japoneses -con banderas españolas incluidas- y algún que otro curioso. "Soy mexicana y tenía ganas de verlo", dice a dpa la joven María Fernanda.
En los corrillos, el tema de conversación "estrella" es Cataluña. Solo hace dos días que el jefe del Gobierno de la región, el separatista Carles Puigdemont, hizo el amago de declarar la independencia, suspendiendo sus efectos instantes después.
El país vive ahora una situación de incertidumbre, a la espera de la respuesta del líder catalán a un requerimiento del Gobierno español de Mariano Rajoy, que en los próximos días podría tomar medidas inéditas contra la región si la crisis no se resuelve.
"Este año hay muchísima más gente, la diferencia es brutal", asegura un matrimonio de mediana edad mientras trata de hacerse hueco entre los asistentes.
"La gente tiene ganas de movilizarse", señala a dpa José Julio, un asiduo al desfile al que este año acompañan por primera vez su esposa y a su hija, una adolescente vestida de negro y con mechas verdes en el pelo que no para de fotografiar a los militares a su paso.
Unos de los cuerpos más aplaudidos es el de la Guardia Civil, que estos días tuvo un despliegue especial en Cataluña y cuya actuación allí fue muy polémica por intervenir en el referéndum soberanista del 1 de octubre para intentar cerrar los locales electorales, lo que dejó imágenes violentas que dieron la vuelta al mundo.
Por otro lado, los agentes denunciaron acoso y presión en la región por parte de grupos de independentistas, hasta el punto de que algunos tuvieron que cambiar de alojamiento.
Cuando un pequeño grupo los abucheó hoy en Madrid, decenas de personas rompieron en grandes aplausos para acallarlos.
"Hemos venido a expresarles nuestro apoyo por todo lo que han sufrido estas semanas en Barcelona", dijo a dpa Fabián, de 45 años, uno de los asistentes a los actos de hoy en Madrid, que estuvieron presididos por los reyes de España Felipe VI y Letizia.
También los agentes de la Policía Nacional, que desfilaron por primera vez desde 1985 (cuando se convirtieron en un cuerpo civil), recibieron muestras de cariño. Entre los que vigilaban la zona, arma en mano, hubo quienes posaron sonrientes cuando algún que otro ciudadano pidió fotografiarse con ellos al término del desfile.