Energía social

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Energía social

Con todo mi afecto y respeto para Leonardo Curzio

Aquí varios argumentos para justificar las esperanzas puestas en la generación del sismo. 

Las cifras fundamentan el optimismo. Según encuestas coordinadas por Gustavo Verduzco (El Colegio de México), alrededor del 85% de las y los mexicanos hemos participado alguna vez en acciones solidarias. La cifra coincide con el porcentaje de la población consciente de sus derechos. En suma, la disposición a participar contradice el estereotipo del mexicano pasivo. 

En las consecuencias políticas de las grandes movilizaciones sociales influyen experiencias organizativas previas de quienes participan. Raúl Jardón revisó la trayectoria de 130 líderes del Consejo Nacional de Huelga del Movimiento del 68; encontró que sólo 36 habían participado previamente en alguna organización política. Ese factor ayuda a entender la diversidad de los caminos tomados y de las instituciones fundadas o fecundadas por esa generación. 

En los 49 años transcurridos, se ha acumulado un complejo y espeso tejido social en la Ciudad de México (aunque centro mi análisis en la capital, las generalizaciones se aplicarían a otras entidades). Aun cuando todavía carecemos de estudios sobre la composición de la generación del sismo de 2017, hay indicios de que la rapidez con que se articularon los voluntarios fue posible gracias a los activistas de organismos civiles, empresarios, académicos y estudiantes que reorientaron por unos días sus actividades a la solidaridad y vertebraron la movilización. 

Por ejemplo, mi institución, El Colegio de México, estableció un centro de acopio. Artículo 19 –organismo que defiende periodistas– documentó la incapacidad gubernamental para mantener informada a la población. Alberto Serdán Rosales sería representativo de la juventud comprometida, tecnologizada y bien formada. Él relata en Animal Político la experiencia de #Verificado19S, un instrumento digital que ofreció información verificada sobre daños y derrumbes, detalló las necesidades de rescatistas y armó la logística para recolectar y trasladar las aportaciones. Participaron 500 voluntarios y uno de sus mapas ha sido consultado en 5 millones 705 mil ocasiones. 

El sismo reconfirmó las ineptitudes de quienes gobiernan. Los partidos detectaron la densidad y legitimidad de la movilización y la profundidad del enojo y, sacudidos por la magnitud de las tragedias, iniciaron su competencia de generosidad con los damnificados. Aunque hay aprovechados es de reconocer su disposición a escuchar a una ciudadanía que está aprendiendo del pasado.  

Uno de los grandes errores de las generaciones del 68 y el 88 fue transferir a los partidos el papel de la vanguardia que encabezaría las grandes transformaciones. La traición de Vicente Fox, del PAN y del PRD llevaron a un desencanto que llevó a una reescritura del guión. El consenso actual es que la sociedad organizada tiene la responsabilidad de encabezar los cambios. 

Esta modificación en el relato explica las coaliciones heterogéneas que hubieran sido impensables hace algunos años. Su agenda se centra en frenar la corrupción, combatir las desigualdades y modificar la estrategia bélica. Un logro concreto fue el acuerdo entre diversos para impedir que el presidente Enrique Peña Nieto se regalara un fiscal amigo. 

Otra señal es la aparición, el pasado lunes, de #Epicentro, una plataforma cívica que tiene como núcleo central a 30 organizaciones sociales, empresariales y académicas que exigen un manejo pulcro del dinero para la reconstrucción. Es notable la heterogeneidad ideológica y metodológica de Causa en Común, Centro PRODH, Coparmex, Fundar o el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, por mencionar unos cuantos.  

¿Y el futuro? Si uno revisa el armazón organizativo tras los esfuerzos catalanes por redefinir su relación con España aparecen partidos y dos grandes organizaciones cívicas: la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural. El modelo catalán sería uno de los referentes a tomar en cuenta en la vertebración nacional de la sociedad mexicana. 

Regreso al inicio. Hay esperanza si la sociedad organizada sigue uniéndose en torno a proyectos concretos que impulsa con determinación, claridad y generosidad. Esa es la ruta que puede transformarla en el sujeto histórico capaz de hacer realidad la agenda del cambio verdadero. 

Twitter: @sergioaguayo
Colaboró: Zyanya Valeria Hernández Almaguer.