Acontecer de una conducta lesiva, el actuar de la administración coahuilense que encabeza el ya casi ciudadano Moreira 2.0 (¿qué podrás hacer sin tus guaruras?) evade, maquilla, evoca y simula, en el último intento de enzoquetar el camino de la sucesión, ya no tan afín y cada día mas persecutoria.

PRIMERA POLICIACA. La burla a-parece, ya no se tiene límite ni moral, menos legal. Al taimado Lito Ramos se le encarga la última tarea: dar la estocada a la deuda pública, ahora sí impagable ni para el delfín, menos para la oposición.

El Congreso de Coahuila autorizó una modificación al financiamiento de la deuda estatal, en unas cuantas horas y a nefastas indicaciones. La tasa de interés de uno de los créditos con el banco Interacciones se reducirá de 2.5 por ciento a 1.7 por ciento. El dictamen autoriza al Gobierno del Estado a refinanciar y/o reestructurar la deuda pública a través de la creación de un nuevo fideicomiso al que migrarán los 10 créditos que actualmente se tienen con bancos y que suman, al 31 de agosto de este año, 36 mil 348 millones 955 mil 170 pesos.

Lo que no señalan ni Lito, menos el dictador, es que con esa jugada Interacciones se apodera de la deuda de Coahuila y con ello con parte del patrimonio de los Coahuilenses por al menos 30 años, por demás consta que durante este sexenio no se pudo disminuir la deuda un solo centavo y, a pesar de ello, se pagaron 24 mil millones de pesos de intereses.

La trama del grupo de la Chema nostra tiene su pago y se refleja con sendos edificios a lo largo del panorama coahuilense propiedad del trio Chema/Chuy chico y su cuñado Lito. (No se te olvide, Coahuila).

SEGUNDA POLICIACA. Ante esa tempestad, el delfín apanicado anuncia que en su Gobierno se construirán: “Un centro de convenciones, seis puentes vehiculares sobre el periférico Echeverría, además del metrobús para la Región Sureste, el bulevar Derramadero, en esa zona industrial; continuar el bulevar Los Pastores, la prolongación del bulevar Nazario Ortiz; el paso a desnivel aeropuerto Saltillo-Monterrey y otras tantas obras en Torreón”.

Presa del pánico por el abandono de sus padrinos, Riquelme imagina escenarios impensables, no le cae el veinte de que en caja le van a dejar un sobre de pagarés a tres décadas y nada más.

La Secretaria de Hacienda ya decretó que Coahuila no puede endeudarse más, por ende no se entiende la intención del exalcalde lagunero de presentarse ante los coahuilenses como alguien que no va a cumplir con sus promesas y eso que aún no toma posesión. (Toco madera)Lo peor es que el bato cree que aún anda en campaña, vaya cosa. Lo cierto es que en las nominaciones de funcionarios, consejeros, magistrados y otras especies, el legado es de Moreira y no de Riquelme, a quien lo único que se le deja decidir es que si sus gorditas laguneras van con salsa roja o verde.

TERCERA POLICIACA. Habíamos mencionado que la intención del casi exgobernador Moreira, era decretar una ley por habitante y un policía per cápita, en este estado totalitario de Coahuila. Con el comentario me quede corto, fueron 247 iniciativas de ley a fin de modificar el contexto legislativo del estado y transformarlo en un régimen de intolerancia, represión, chapucería y sobre todo impunidad al encargo de la familia Moreira.

Leyes impopulares, otras con dedicatoria personal, aquellas con la intención de disolver a la sociedad y sus valores, éstas con la fórmula para deshacer cualquier intento por la democracia o las que propician la impunidad por varias décadas. Nunca imagino el mayor de la familia del profesor y la maestra, que el congreso que viene trae las uñas bien afiladas para echar abajo su infame legislación.

CUARTA POLICIACA. A confesión de parte, los comisionados en la investigación de la matanza del penal de Piedras Negras entre 2011 a 2012 determinaron que 39 personas fueron asesinadas en ese centro, descuartizadas e incineradas, bajo la complacencia y conocimiento de las autoridades encargadas de la seguridad pública de Coahuila, a saber en ese tiempo: David Aguillón y Miguel Riquelme. Aun cuando se quedaron cortos en el número de víctimas, lo lamentable en el reconocimiento refiere la dejadez y contubernio de un régimen apestoso, retrogrado y tirano. Sin duda Montesquieu tenía razón: “La tiranía es implacable y cruel porque es cobarde y débil”.