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Vecinos demandan castigar a dueña del Rébsamen y a la autoridad, por omisa
Vecinos del Colegio Enrique Rébsamen dan cuenta de las obras con las cuales poco a poco se amplió la escuela que operaba desde 1983, cuando el edificio colapsado sólo tenía dos pisos de construcción.
Sin embargo, afirman, en esta colonia la ampliación y remodelación de colegios particulares fue algo común, al menos en los 10 años recientes.
Ahora, agregan, exigen no sólo que se investigue y sancione a la propietaria del colegio, sino también a las autoridades que no llevaron a cabo las revisiones correspondientes de manera oportuna.
¿Cómo vamos a estar seguros de que no tenemos irregularidades en las escuelas de la zona? Ya vimos que nos pegó fuerte el temblor. Nos tienen que garantizar que no va a ocurrir de nuevo, pidió un locatario de avenida División del Norte, cuyos hijos acudían a una escuela que se encuentra en la esquina de la zona afectada.
En un pequeño restaurante ubicado en la esquina, narra el encargado, veían el crecimiento del colegio y de dos escuelas cercanas como signo de que la zona estaba mejorando.
Los clientes no faltaban y el movimiento a la hora de entrada y salida de los planteles aumentaba el flujo de gente en la zona.
Sin embargo, no a todos los vecinos les parecía buena idea. Los que estábamos cerca sufrimos ruido y aglomeración por la entrada de material de construcción. Nos quejamos varias veces, pero las remodelaciones fueron constantes en los años recientes, explicó una mujer que vive en la misma calle donde se ubica el colegio que colapsó.
Tenemos la zona parada, derruida, sin comercio y sin clases. Esto va para largo, lamentó Isabel, vecina del lugar.
Así, conforme pasan los días, en la zona cada vez quedan menos elementos del Ejército y la Marina.
Ayer sólo se veía a unos 50 uniformados que resguardaban las inmediaciones del Colegio Enrique Rébsamen.
Por la tarde, el material de construcción que se utilizó para reforzar la zona colapsada, como polines y varillas, fue sacado del lugar, mientras peritos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México inspeccionaban la zona.