Una construcción por la que no pasa el tiempo

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Una construcción por la que no pasa el tiempo

Cultura. La Casa Alameda es un lugar donde el arte se desarrolla en todas las disciplinas.
Con varias historias a cuestas, la construcción forma parte ya de la cultura en nuestra ciudad. A un año de convertirse en Casa Alameda, vale la pena recordar quiénes la han ocupado desde su edificación

A más de cien años de su construcción, y uno de su utilización como centro cultural, la llamada “Casa roja de la Alameda” acumuló en sus habitaciones y pasillos tantas historias como otros lugares del centro de la ciudad.

Hace un año, el 15 de septiembre del 2016, un grupo de jóvenes rescató el edificio ubicado en la esquina de Ramos Arizpe y Purcell, frente a la Alameda. 

La casa, construida a principios del siglo 20, cuando algunos terrenos circundantes a la Alameda se usaban como cementerios, funciona ahora como un centro cultural para la promoción de actividades artísticas de la ciudad.
Bautizada como Casa Alameda, sus jardines y salones han sido sede de eventos de toda índole; desde conciertos hasta exposiciones de arte. 

Construcción. La casa fue edificada a finales del siglo 18 y principios del 19, también es conocida como la Casa del Lago.

El bazar Alameda, por ejemplo, mensualmente ofrece al público productos artísticos, artesanales y gastronómicos muy variados durante un fin de semana.

En sus muros se ha expuesto la obra de María Martínez, Ramsés Valero, Natalia Blanco, Frida Bejarano, Úrsula López, Cristina Rank, Leslie Luna, Christian Báez y Omar Leza. 

El público ha tenido la oportunidad de escuchar jazz, música cubana, música tradicional mexicana,   y ser partícipes de talleres de arte y teatro. 

En el aniversario de su fundación, el recinto cultural celebra con una noche mexicana llena de música, comida y alegría.

Elegancia. La construcción por sí misma es un conjunto artístico. Foto: ARCHIVO

El inmueble de estilo francés, construido en adobe y cuyo característico rojo y blanco de la fachada lo ha identificado como la “Casa  roja de la Alameda” ha albergado a más de una institución. Varias escuelas se instalaron en ella, como  la Academia Jaime Balmes, el desaparecido Instuto Excélsior, y luego la Escuela Superior de Música de la UAdeC. Albergó los Juzgados y el Tribunal Supremo del Estado.

Pero sin duda la historia que más resuena en la memoria de los ciudadanos es la que sucedió cuando el gobernador Ignacio Cepeda Dávila la habitó. 

Don Ignacio Cepeda Dávila es reconocido todavía hoy en día por muchos como un buen gobernante. Durante su mandato, comenzaron los estudios para la construcción de la carretera México 57, se fomentaron y apoyaron las actividades agropecuarias y se introdujo a la empresa Harvester. 

El 16 de julio Cepeda se reunió con el presidente en la Ciudad de México. En esta junta, se cuenta, el mandatario fue informado de que debía renunciar a la gubernatura de Coahuila en favor de Raúl López, incapaz de aceptar tal imposición, seis días después se quitó la vida, aunque nunca quedó clara la razón, todos asumieron que fue por la exigencia de Miguel Alemán.