Desaparecen jóvenes que volaban en avioneta a Acapulco

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Desaparecen jóvenes que volaban en avioneta a Acapulco

Foto: Especial
Los jóvenes de 20 y 21 años, desaparecidos desde el 1 de septiembre, realizaban la ruta Zihuatanejo-Acapulco, como parte de una práctica de una escuela de aviación; la tormenta Max detuvo las labores de búsqueda

Por Paris Martínez (@paris_martinez) para Animal Político

Desde el pasado 1 de septiembre, dos jóvenes de nombres Jesús Fernando Rivera García y Hugo Alfredo Acuña Ortiz, se encuentran desaparecidos luego de que la avioneta en la que viajaban presuntamente se desplomara en el estado de Guerrero.

Los jóvenes, de 20 y 21 años, realizaban la ruta Zihuatanejo-Acapulco, como parte de una práctica de la academia privada denominada Escuela de Aviación México, en la aeronave Cessna C-152, matrícula XB-MZN, cuando alrededor de las 19:30 horas notificaron a la torre de control del Aeropuerto Internacional de Acapulco que se encontraban en emergencia por inclemencias climáticas. Diez minutos después se perdió contacto con la aeronave.

Tal como informó la familia de Hugo Alfredo Acuña (instructor de vuelo de la Escuela de Aviación México), en las labores de búsqueda han participado la Marina, Protección Civil del estado, así como helicópteros facilitados por los gobiernos del Estado de México y Puebla, sin resultados.

La búsqueda, además, debió suspenderse desde el pasado 13 de septiembre, por la aproximación del huracán Max.

El señor Hugo Acuña, papá del instructor de vuelo, reconoció que las autoridades se han comprometido en la búsqueda, y han realizado distintas acciones para encontrar a su hijo y al joven que viajaba con él, como alumno. Sin embargo, denunció que estas labores se vieron entorpecidas e, incluso, obstruidas, por los representantes de la Escuela de Aviación México, y del Aeropuerto Internacional de Acapulco.

“El 1 de septiembe, como a las 8 de la noche, se comunica la Escuela de Aviación México con nosotros, para informarnos que el avión de Hugo se había desplomado –informó el papá del instructor–. Inmediatamente yo me trasladé de la Ciudad de México, por tierra, a Acapulco, y al día siguiente, 2 de septiembre, cuando ya casi llegaba, el dueño de la escuela, Alfredo Velázquez Maciel, que ya habían encontrado la nave y los cuerpos de los dos muchachos”.

Esa información, no obstante, era falsa.

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