Charlize Theron, golpes, conspiraciones, giros inesperados, espías, La Guerra Fría. ¡Qué emocionante! O tal vez no tanto. Hay ideas, elencos y equipos cuya combinación debería ser una explosiva genialidad en la pantalla grande. Desafortunadamente “Atómica” (“Atomic Blonde”) no es el caso, se siente, más que nada, como una decepción. Esa es la parte triste, pues, en realidad, no es una mala película y tiene buenas cosas que son dignas de aplauso. Sin embargo, estamos hablando de una película de acción con música de los 80, protagonizada por Theron y realizada por una de las mentes maestras detrás de “John Wick” (2014), quizá una de las cintas de acción más impresionantes de los últimos tiempos. El resultado debería ser mucho más impactante en casi todos los sentidos.

La cinta se ubica poco antes de la caída del Muro de Berlín. Una experimentada espía deberá recuperar una lista que contiene los nombres de muchos agentes en cubierto, la cual, aparentemente, llegó a manos de los rusos. La regla principal: no confíes en nadie. En su camino se encontrará con un hombre de dudosos valores, quien se mueve con soltura por el lado Este y Oeste de la ciudad alemana, y quien pretende ayudarla en su misión. También hay un hombre que memorizó todos los nombres de la mencionada lista, una sensual agente francesa y varios matones llegados desde Rusia, dispuestos a protagonizar secuencias de acción repletas de golpes y patadas, donde no importa que su principal rival sea una mujer.

Se trata del debut en solitario del director David Leitch, quien junto a Chad Stahelski dirigió “John Wick”, cinta donde ambos desplegaron su enorme talento para la acción, pues antes de ponerse al mando de un filme fueron actores de riesgo y coordinadores de escenas de riesgo. No por nada lo mejor de “Atómica” es la acción, sin embargo, a diferencia de su homóloga masculina protagonizada por Keanu Reeves, no se siente como esa gran explosión de adrenalina que debería ser. Su principal problema es muy claro: querer hacer una película demasiado seria y elaborada. No digo que necesariamente la “seriedad” sea mala, pero creo que entre más sencillas son las cintas de acción mejor funcionan. Por poner como ejemplo a “John Wick”: el móvil principal es que matan a su cachorro y él busca venganza. Sencillo, emocional, directo y efectivo.

¿Cuál es el móvil de la “Rubia Atómica” de Theron? Pues al principio es recuperar una lista de espías. Creo que es ese y ya, pero luego uno ya no sabe dónde la tienen, quién la tiene, por qué la tiene y para qué la quiere. Este filme pretende tirarse de lleno en la clásica trama de espionaje durante la Guerra Fría, no quiere ser una simple película de acción. En su afán por creerse mucho más inteligente de lo que en realidad es, termina por entorpecer la trama. La historia central pronto pierde nuestro interés y la mayor parte del tiempo nos la pasamos deseando que ocurra un buen tiroteo o una pelea cuerpo a cuerpo. Sonará estúpido decir que hay demasiado espionaje en una cinta de espías, pero este es el caso.

Me parece que el problema es que ningún giro es ingenioso, ni importante, ni tiene mayor peso en las acciones de la protagonista. Por dos razones: primero, porque sabemos poco o nada de su pasado o de ella como ser humano, nos dan a entender que tuvo un romance con otro espía, pero no sabemos nada más. Segundo: la cinta se cuenta en su mayoría por medio de “flashbacks”, es decir, Theron está sentada, mientras John Goodman y Toby Jones le hacen preguntas respecto a cómo le fue en su misión. Entonces ya sabemos el final, sabemos que la protagonista sobrevivió y que, de una forma u otra cumplió con su cometido. Esto le quita una importante cantidad de tensión al conflicto, si bien sirve para explotar la presencia de los excelentes Goodman y Jones, quienes seguro no tenían mucho tiempo para trabajar en la película y decidieron grabar en un día todas las tomas que involucraban el interrogatorio.

El contraste es todavía mayor cuando vemos una buena secuencia de acción, las cuales sí son bastante destacables, principalmente una que transcurre como plano secuencia, desde el interior de un edificio hasta las calles. Así pues, cuando están hablando de conspiraciones, de quién hizo qué y qué le robaron no sé qué cosa a alguien, la película se arrastra lentamente. No digo que tenía que ser pura acción y que no podía ser inteligente, pero sí pudo mejorar considerablemente si le bajaran dos rayitas al nivel de “complejidad” que le quisieron imprimir. A veces menos es más. Lo mejor también hubiera sido bajarle el volumen al soundtrack. Aunque pudo ser una joya de música ochentera, esta cinta tiene todos los lugares comunes y es tan predecible en sus selecciones musicales que llega a hartar. Desde “Blue Monday” hasta “Under Pressure”, desfilan en los momentos más esperados que hacen que lo que más se disfrute en esta cinta es cuando hay silencio.

Y después de tanta queja, ¿hay algo por lo que valga la pena entrar a ver esta cinta? Hay varias razones, una de ellas es la escena de acción antes mencionada. Otra es que se ve bastante increíble, tiene buena foto y un estilo visual muy atractivo. Además, la presencia de fabulosos actores como los mencionados Theron, Goodman, Jones y el agregado de James McAvoy, todos ellos increíbles en conjunto, aunque quizá tengan poco qué hacer. Pero, en pocas palabras, lo mejor es ver a Theron patear traseros.

El dato

Director: David Leich.
Elenco: Charlize Theron, James McAvoy, John Goodman, Til Schweiger, Sofia Boutella, Toby Jones, Bill Skarsgard.
Género: Acción / Espionaje.
Clasificación: B15
Duración: 115 minutos
Calificación: 7