Urnas y dinero
Usted está aquí
Urnas y dinero
A la memoria de Raymundo Rodríguez López de San Román, respetable ambientalista morelense
Criticar con fundamento al Instituto Nacional Electoral (INE) y a los partidos es una manera de defender la democracia. Sobre todo cuando es tan obvia su indiferencia hacia el dinero ilegal en las elecciones.
Si los fondos públicos gastados en elecciones son excesivos, los ilegales son escandalosos. En 2018 los partidos recibirán 12 mil 688 millones de pesos de financiamientos federales y locales. Luego está lo aportado ilegalmente por gobiernos, empresarios y criminales. He conversado con candidatos de todos los estamentos y en privado reconocen los excesos; dependiendo de la contienda, estiman que rebasan entre dos y cinco veces los topes de campaña. Con estos criterios, los candidatos gastarán en el próximo ciclo electoral entre 38 y 63.5 mil millones de pesos.
Partidos e INE le sacan la vuelta a tan incómodo tema. Revisemos con este enfoque la tragedia de Ayotzinapa. Un empresario ligado al crimen organizado, José Luis Abarca, llegó a la presidencia de Iguala, Guerrero con las siglas del PRD, un partido donde todo se vale en la pelea por los cargos. El 19 de enero de 2015, El Financiero informó que Abarca doblegó a las tribus perredistas con una fórmula infalible: entregó dos millones de pesos al entonces presidente del PRD Jesús Zambrano quien lo negó. Como al partido Verde le interesa todo aquello que huela a dinero metió una queja contra el PRD en el INE; el Consejo General del INE la rechazó argumentando que según “los artículos 34, numeral 2 y 47, numeral 2” correspondía al PRD resolver la presunta transferencia.
Mientras tanto, una Comisión Especial del PRD investigaba el hecho y en mayo de 2015 sacó su informe. Sin ser “miembro ni simpatizante” del PRD, Abarca se ganó la buena voluntad de los líderes perredistas inyectando dinero a las campañas. Por ejemplo, apoyó la del entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero con “5 000 playeras y 7 000 gorras”. También supimos que fue un candidato sin programa (un líder perredista reconoció que “de lo que menos hablas con los candidatos es de su plan de gobierno”) y que él “costeó totalmente la campaña”. Ni el PRD ni el INE investigaron esas afirmaciones que se quedaron para el anecdotario del cinismo.
Los escándalos por dinero ilegal han seguido sin que se inquieten partidos e INE. Entre enero de 2016 y lo que va de 2017 el INE ha organizado 29 eventos públicos. En ellos han debatido el perfeccionamiento de las encuestas, el estado de la democracia latinoamericana y las bondades de la educación cívica. También homenajearon durante tres días a don Jesús Reyes Heroles y hasta promovieron una “rodada por la democracia” que recorrió partes de la capital. En ninguna conferencia, cabalgata, coloquio, ayuno, jornada de meditación o conversatorio se abordó el dinero ilegal en las campañas.
La democracia electoral yace en el lodazal de la compra del voto pobre, del mercadeo de candidaturas y del asalto de los poderes fácticos (en particular el crimen organizado) a los gobiernos electos. Ello ha provocado el surgimiento de una corriente crítica contra el INE, éste responde por lo general con indiferencia y con una que otra virulencia. A excepción de la consejera Pamela San Martín es un órgano sin autocrítica que se refugia en las partes sanas de los comicios.
El viernes empieza un ciclo electoral turbulento y el INE llega debilitado por sus tibiezas y omisiones. Sus críticos no somos “canallas” ni tenemos “intenciones aviesas”. El INE lo construimos muchos y el país está pagando flaquezas. En este marco, es saludable el anuncio hecho el 18 de agosto por el presidente de la institución Lorenzo Córdova: el INE convocará una discusión sobre el financiamiento a partidos y elecciones. Pedro Kumamoto demostró en Jalisco que hay opciones.
La discusión debe incorporar el dinero ilegal e involucrar a universidades e instituciones como Fundar, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y México Evalúa. Mencionarlo, discutirlo, denunciarlo forzará su inclusión en la agenda nacional y en los puntos a revisar por las misiones de observación electoral que está preparando la comunidad internacional. Es inaceptable cerrar los ojos ante un hecho: el dinero legal e ilegal es el cáncer de la democracia mexicana.
Twitter: @sergioaguayo
Colaboró Zyanya Valeria Hernández Almaguer.