No hay poder humano
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No hay poder humano
El paso del huracán “Harvey” y las tormentas tropicales que generó luego de llegar a tierra y que aún siguen golpeando la ciudad de Houston, Texas, nos deja muchas lecciones.
No se trata exclusivamente de aprender que un desastre natural puede costar a un país miles de millones de dólares. No se trata sólo de observar fotografías de damnificados. Se trata de un problema que debe poner en guardia a los Gobiernos de las naciones de América continental porque es previsible que otros huracanes de la categoría del “Harvey” lleguen a sus costas causando destrucción y muerte. Esta manifestación tan abrupta de la naturaleza es un efecto del cambio climático.
Aunque hoy día se anuncia en tiempo real por redes sociales y medios de comunicación convencionales el surgimiento de huracanes tanto en el océano Pacífico como en el Atlántico –por supuesto en el Golfo de México–, así como su aparente trayectoria, no hay poder humano que pueda detener o desviar este tipo de expresiones de la naturaleza.
Hay imaginarios que se escuchan en relación a que los Estados Unidos y sus científicos pueden desviar huracanes cuando éstos tocan las costas de Centroamérica o de México, que además de sufrir devastación en todos los órdenes comprometen parte importante de su Producto Interno Bruto para las reconstrucciones pertinentes. Pero que un país pueda desviar un huracán es técnicamente imposible.
Ahora que hay desgracias en territorio estadounidense nos preocupamos porque ahí habitan miles de personas de ascendencia mexicana que son de los más vulnerables en lo material e inmaterial, porque al resultar damnificados harán evidente su estatus legal que no es precisamente el que les permitiría quedarse para continuar con el Sueño Americano.
Debo subrayar que Estados Unidos es el máximo consumidor de energía del mundo y uno de los máximos consumidores de productos y servicios, por lo que sus ciudadanos tienen una responsabilidad precisa y clara sobre los efectos del cambio climático. Uno de ellos, dado el calentamiento de los océanos, está relacionado con la generación de huracanes más grandes y devastadores.
¿Qué hubiera ocurrido si la trayectoria del huracán “Harvey” hubiera impactado a Monterrey? Aún se recuerda la devastación de 1909, la de 1938 y los recientes desastres que ocasionaron los huracanes “Gilberto” y “Álex”. Imaginen al “Harvey” con el doble de precipitación que el “Álex” sobre Monterrey, sobre Saltillo o sobre cualquier ciudad del noreste mexicano.
¿Necesitamos que un huracán categoría 4 llegue a territorio mexicano para entender que tenemos que prepararnos para una contingencia probable? Urge que en nuestras ciudades se atienda la planificación urbana en función a esta situación.
Espero que Donald Trump comprenda que la catástrofe ocasionada en Houston, Texas, por un fenómeno natural está vinculada al cambio climático que ha parecido ignorar.
Pero Trump sigue insistiendo en la construcción de un muro que afectaría los ecosistemas de la frontera mexicoamericana incluyendo la vida de mamíferos como el ocelote y el berrendo sonorense, así como la de las mariposas monarcas, según afirmó en un video en su cuenta de Instagram el actor y activista ambiental Leo DiCaprio.
El polémico Presidente de rubia testa ni con todo su poder económico y político podrá ir contra la naturaleza. Espero que lo entienda a tiempo. La tierra también es su hogar.