Algunos perros tienen vidas tan geniales que a veces me encantaría ser uno.

Cuando viven la buena vida, los perros comen regularmente, reciben muchas caricias y elogios, y toman siestas por la tarde al sol en el porche o en un almohadón bien mullido. Pero esto no quiere decir que algunos no se pongan tristes.

Vea, si no, el ejemplo 1, presentado en este video. Según la descripción, Zeus, el siberiano testarudo, acababa de ser operado de un ojo y estaba volviendo a casa para descansar. Pero salir de la anestesia no es divertido, ni para perros ni para humanos.

Zeus hace lo mejor que puede para manifestar su incomodidad con algunos de los aullidos más lastimeros y chirriantes de la historia. Pero aunque nos compadezcamos del pobrecito, la cosa se vuelve cómica por dos motivos.

En primer lugar, por alguna razón “el cono de la vergüenza” siempre resulta un poco gracioso si se lo ponen a un animal. Eso es indiscutible. En segundo lugar, parece que Zeus se queda dormido en pleno aullido. Es como uno de esos videos que nos gustan mucho donde un niño se queda dormido mientras come.

Pese a estar triste, en realidad Zeus luce muy contento (o quizás sólo esté chiflado) por estar volviendo a casa en coche. De hecho, su dueño dijo que volvió y pudo descansar sin problemas hasta que pasó el efecto de la anestesia.