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Llega la paz a San Fernando, Tamaulipas, tras 7 años violentos
SAN FERNANDO, TAMPS.- Siete años pasaron para que el municipio de San Fernando recobrara su tranquilidad y vida cotidiana, después de que en 2010 se desató una ola de violencia que cobró la vida de cientos de personas, entre ellas la de 72 migrantes asesinados por Los Zetas.
Hoy se cumplen siete años de esta masacre contra los migrantes, quienes fueron localizados en una bodega abandonada en el ejido de El Huizachal, de San Fernando: 58 hombres y 14 mujeres, migrantes provenientes de Centro y Sudamérica.
La situación puso a la ciudad en el mapa mundial por la brutalidad del asesinato; sin embargo y meses después descubrieron fosas con más de 280 cadáveres de personas que, en su mayoría, habían sido bajados de autobuses que pasaban por San Fernando, municipio colindante con Reynosa, Río Bravo y Matamoros, lugares hacia donde se dirigían, y van, migrantes que intentan cruzar a EU por Tamaulipas.
La masacre dejó al municipio como pueblo fantasma: más de 2 mil familias huyeron a otras ciudades.
Recobran turismo
Hoy se ve a gente caminar en sus calles y hay vida nocturna. San Fernando, de 70 mil habitantes recobró el turismo.
Durante los dos periodos vacaciones de 2017, la laguna Madre, en sus dos secciones recreativas que son playa La Carbonera y la Barra Boca de Catán, recibió 35 mil turistas nacionales y extranjeros. Y tres de los 10 ranchos cinegéticos que cerraron sus puertas están operando y registraron cupo lleno para la temporada de caza de paloma de ala blanca que inició el pasado 18 de agosto, asegura el Alcalde.
De las 2 mil familias que huyeron, casi mil regresaron; y los comercios asentados sobre la carretera que conduce a Reynosa o Matamoros, que cerraron sus puertas por la violencia, 50% están operando con normalidad.
En 2017 se han registrado hechos de violencia y eso, dice el Edil, no lo pueden negar, ni ocultar, pero no es nada en comparado con lo que vivieron de 2010 a 2014.
Abrazan tranquilidad
SAN FERNANDO, TAMPS.- El alcalde José Ríos Silva recuerda que la mayoría de los residentes que se atrevieron a quedarse sólo iban del trabajo a su casa. Se impusieron por seguridad un “toque de queda” y después de las 17:00 horas todos estaban bajo llave.
“Mirábamos muchos eventos de inseguridad, teníamos mucho miedo, puesto que perdimos familiares y muchos amigos; quedaron más de 2 mil casas abandonadas”, relata el Edil.
“Muchos comercios cerraron sus puertas, puesto que los viajeros no entraban por temor a ser víctimas de los delincuentes foráneos que se apoderaron de San Fernando, y los viajeros, en su cruce por el libramiento, lo hacían sólo de día y a gran velocidad, porque la situación de violencia duró muchos años”.
Asegura que en los últimos tres años, con apoyo de las autoridades han recuperado la paz y ha retornado la seguridad.