Buenos deseos

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Buenos deseos

A la memoria del Gran Rius, forjador de conciencias.

En materia de seguridad Morena ofrece un listado de buenos deseos. Falta que los transformen en una estrategia integral y regional. 

Si las elecciones fueran el próximo domingo, Morena ganaría la presidencia de la República y arrasaría en la Ciudad de México. Tiene sentido revisar la calidad de sus propuestas sobre el tema que más inquieta a los mexicanos. Los “Lineamientos básicos del proyecto alternativo de nación, 2018-2024” fueron presentados por Andrés Manuel López Obrador el 20 de noviembre de 2016. Son impecables porque ¿quién puede oponerse a una verdadera “coordinación entre las corporaciones policíacas”, a evitar el “contubernio entre autoridades y delincuentes”, a respetar la “legalidad y a los derechos humanos”? Son enunciados generosos que carecen de concreción.

En busca del rigor ausente me acerqué a las propuestas de tres de los aspirantes de Morena a gobernar la capital: Martí Batres, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum. Monreal tiene el documento mejor elaborado. Una visión metropolitana. Proyecto 2.5, está repleto de información útil y enumera con precisión los factores que causan la inseguridad. Sus objetivos son tan ambiciosos como los “Lineamientos básicos” ya mencionados: “disminuir los delitos”, “abatir la inseguridad asociada” con la movilidad, “establecer una relación de confianza entre la sociedad, la policía y la procuración de justicia”, etcétera. En las 45 líneas de acción se desinfla la propuesta: falta visión de conjunto y evade temas cruciales. 

Fundamento mi crítica con lo superficial del tratamiento dado al “espacio público”. En una entrevista concedida el 30 de julio a Enrique Hernández de “El Weso”, Martí Batres prometió un “espacio público con actividad cultural, cívica, deportiva, artística” para lo cual contrataría a “miles de artistas y promotores culturales” que invadirían “todas las plazas y espacios públicos” de la capital. Claudia Sheinbaum añadió que “parte de lo que está diciendo Martí lo hacemos en Tlalpan”. Monreal no estuvo en la cabina de “El Weso” pero en su libro ofrece “rescatar y mejorar la calidad del espacio público” como parte de la “estrategia de seguridad”. 

Los tres precandidatos de Morena evaden un espinoso ángulo. Como argumenta Rodrigo Peña González, un buen número de espacios públicos de la capital y el País están siendo disputados por una multiplicidad de actores, entre ellos el Estado y el crimen organizado. Hipótesis que estamos verificando en investigaciones realizadas en El Colegio de México.

Entre los ejemplos estarían los huachicoleros y empleados de Pemex que se apropian de la zona federal por donde pasan los ductos, los ambulantes que invaden banquetas y parques, los franeleros que monopolizan lugares de estacionamientos, los mototaxis que vigilan mientras transportan personas y drogas, el microbusero que impone su ley en las vialidades, las inmobiliarias que construyen más de lo debido, los restauranteros que ponen mesas sobre las banquetas, los vecinos que bloquean las calles y avenidas como el único recurso que tienen para ser atendidos, etcétera. Todos ellos transforman el espacio público en privado aprovechándose de un Estado que titubea o se ausenta. 

En esos polígonos de penumbra se ha ido infiltrando y asentando el crimen organizado. Por medio de la violencia o del convencimiento construye bases de apoyo social, político y económico aprovechándose, para ello, de la complicidad o la omisión de un buen número de funcionarios. Ignoramos el grado de penetración que han alcanzado en los barrios y delegaciones de la capital, pero ahí están. Por ello resulta irresponsable y frívolo que quienes desean gobernar la capital guarden silencio sobre lo que pasa en los espacios públicos que deberían ser uno de los ejes conceptuales y programáticos para enfrentar la inseguridad. 
Batres, Monreal y Sheinbaum forman parte de un partido, Morena, que quiere ser diferente. México necesita mejores gobernantes. Para que lo sean, tienen que abordar con más seriedad temas tan centrales como el de la seguridad. Si no lo hacen, podrán ganar las elecciones pero terminarán emulando los fiascos del PRD en la capital o del PAN en Los Pinos. Los buenos deseos, entiéndanlo, son insuficientes para enfrentar al monstruo de la inseguridad. 

Twitter: @sergioaguayo
Colaboró Zyanya Valeria Hernández Almaguer.