Con los ajustes a gastos de campaña difundidos ayer por el Instituto Nacional Electoral (INE), el panista Guillermo Anaya Llamas aún respira para la Gubernatura de Coahuila, pues en caso de que se decretara anulación de las elecciones pasadas y se convocara a otras, podría participar nuevamente, aunque para esto falta mucho camino legal.

Anoche se dio a conocer que las nuevas cifras ajustadas del INE determinan que Anaya, candidato por la Alianza Ciudadana por Coahuila, habría rebasado el tope de gastos de campaña en un 4.56 por ciento, mientras que el priísta Miguel Riquelme, abanderado de la Coalición por un Coahuila Seguro, habría tenido un exceso de 7.86 por ciento.

Dos condiciones requeridas para la nulidad de un proceso electoral es que el ganador haya rebasado los topes de campaña por más del 5 por ciento y que además la diferencia entre el primero y segundo lugar haya sido por lo menos del 5 por ciento de la votación. Ante este escenario, Anaya aún estaría en posibilidades y Riquelme estaría fuera. Sin embargo, especialistas consultados advierten que aunque se den estas dos condiciones no significa que en automático se anularán las elecciones, pues todo dependería del criterio del Tribunal Electoral de la Federación.

Por el momento, el caso aún no llega al Tribunal, pues en primera instancia el INE está determinando el rebase en los topes de campaña de todos los candidatos a Gobernador en Coahuila, y aunque ayer dio esas cifras ajustadas, también aclaró que son preliminares pues hay muchos gastos en revisión y estos porcentajes podrían ir al alza, lo que complicaría aún más a Riquelme y tiene aún en el filo a Anaya, quien podría incluso alcanzar ese 5 por ciento de exceso que podría dejarlo fuera de una posible futura elección. Por el momento, el panista estaría aún en posibilidades.

Tanto el PRI como el PAN han sido reiterativos en las últimas horas en que sus candidatos no excedieron los topes de campaña y que lo demostrarán ante toda autoridad tanto para evitar sanciones como para que sus candidatos sigan vigentes. Los priístas aseguran que defenderán el triunfo de Riquelme hasta sus últimas consecuencias legales.